¿Soneto?




Se sabe nada todavía, te digo,
Sócrates: poco ha caminado el mundo.
De tu ciudad viejísimo de vino
a la mía de hierro hay un segundo.

Hemos seguido hablando con tus frases
-damos saltitos en la noche, a veces.
Cualquier materia extraña se deshace
en la simpleza humilde de los peces.

Llegamos a la luna, nos matamos,
leemos diarios, somos enemigos
y no se sabe aún por dónde vamos.

La energía nuclear no es buen testigo
de que se sepa más que tú, mi hermano.
Se sabe nada todavía, te digo.