Ayer u hoy




Ayer u hoy:
lo mismo da.
Yo llegué a la noche,
le bajé su zíper
y dormí con ella,
porque hasta la noche
he querido verla
en su propio lecho
y a través de un beso.

Ayer u hoy:
lo mismo da.
Yo me abrí la mano
y dejé que el viento
lamiera mis palmas
que están irritadas
de seguirme tanto
y maldecir conmigo
a flores y santos.

Ayer u hoy:
lo mismo da.
Superé algo escrito
sobre mi persona,
algo que decía
algo que acusaba
pero tengo suerte
pues de uno no escriben
todos los días.

Ayer u hoy:
lo mismo da.
Yo me hice el muerto
a ver qué pasaba
y vi que ratones,
culebras y sapos
me ponían flores
y gritando hacían
como que lloraban.