Caballo místico




Érase un caballo con dos alas
que subía, que volaba
como volaría el amor

Érase un caballo con un cuerno
en la nariz que en primavera
se hizo buen galopador.

Érase un caballo con un hombre
y un arquero, todo junto
con un solo corazón.

Érase que un beso era el Olimpo,
érase que abril era a las cinco.

Y las patas del animal místico
se enredaban en el aire
con su galope magnífico.

Y era que te había conocido
con tu nombre que volaba,
con tu pequeño vestido.