Como si tú fueras el comunismo




He llegado a mi casa
y he tenido la impresión
de que tardo un siglo en llegar,
de que tardo un año en subir,
de que tardo una hora en entrar
y un segundo en verte y reír.

Siempre tengo esa prisa. No sé
si será que te quiero contar
cómo libro el pellejo del día
absorbiéndole agua a la sal.

Creo que el colmo de la vida
es contar lo que nos pasa,
hacer la fábula florida
de nuestra tragedia.
Unos no arriesgan a los hombres
para ir a la Luna,
y se asesinan palestinos
por tandas de miles.

Yo ya no sé qué decir:
es el colmo de la vida
contar lo que nos pasa,
mientras los viejos errores
reclaman silencio.
Y yo soy sólo
un hombre que pasa,
un hombre que vende
su cuello en las calles,
cual todos aquí.

Todos los años me pongo ropa limpia
y salgo a ti,
como si tú me lavaras las mentiras
―y salgo a ti―,
como si tú me lavaras la sangre
―y salgo a ti.
Todos los años yo llego a mi casa
y salgo a ti,
como si tú fueras el comunismo
―y salgo a ti.