El viento eres tú




A veces entra en el bosque un silbido veloz
que recorre fugaz la penumbra y la luz.
Y los árboles fríos del bosque soy yo.

Todas las copas se postran a fin de existir.
De no hacerlo, deshechas habrían de morir.
Y ese viento que trae la muerte eres tú.

Eres la llama que abrasa la flor
y la violencia del fiero huracán,
la sombra oscura que sigue mi amor.

¿Por qué, por qué tú sigues ―di―
matando este amor que hoy dejas?