A los mártires del Granma




Un paisaje dormita en los ojos del muerto
y su luz resucita en el sol montaraz.
El paisaje que alzó su camino a lo yerto
es una fronda amiga donde acampa la vida,
y su propio cadáver es la flor inicial.

Maravilla de amor la pupila del muerto.
Maravilla de amor la visión que soñó.
Maravilla del iris que soñaba despierto.
Maravilla de sol que lo resucitó.

Ha crecido un jardín de los ojos del muerto.
Hay colores sin fin bajo el sol matinal.
Y ha nacido la hormiga de su párpado atento
y ha llegado el amor de su sueño inmortal.