María




María, te pareces al viento,
ese viento que pasa
por entre las casas
y vuela la tranquilidad
hacia el mar.

María, es tu nombre un misterio
porque amas las cosas
que no tienen dueño:
el cielo, la luna y el mar,
la ciudad, el cristal.

María, tienes pocos amigos,
ay, María, porque entiendes los ríos.
El tiempo pasará
y no te importará
seguir diciendo amor
frente al primer dolor.
Pero los años van
a desgarrarte a ti
como le pasa a él,
como me pasa a mí,
María.

María, no hace tanto jugabas
con muñecas y casas,
pero ya ves: el tiempo pasa
como si alguien fuera tras él
a correr.

María, que no llegue el momento
en que mil juramentos
lanzados al viento
te hagan tu mundo dejar:
no podrás regresar.