Navegando hacia el Este




Navegando hacia el Este está
la ciudad de los recuerdos,
rara población de oscuridad.
Navegando hacia el Este está
su perfil de joyería,
con una trastienda de cartón.

Yendo hacia el Este
llegué peregrinando,
llegué palideciendo.
Yendo hacia el Este
crucé su umbral silbando,
crucé su umbral oyendo.
Y así, silvestres,
aparecieron cien mil visiones
en las esquinas,
en las tabernas,
en las mujeres,
como guardianes desiertos.

Navegando hacia el Este está
la ciudad de cien cabezas
y en cada cabeza estaba yo.
Navegando hacia el Este está
su gobierno de colores,
aunque el arcoiris no va a Dios.

Yendo hacia el Este puede verse
el país de nunca jamás.
Allí los hombres nunca llegan a niños,
se mueren al nacer.
Ciudad de trampas
y cacerías muy silenciosas.

Ciudad fantasma
de perros grises y manos muertas.
Ciudad con sangre de cruces.

Navegando hacia el Este está
la ciudad de un camino
que parte y regresa siempre atrás.
Navegando hacia el Este está
la ciudad de la locura,
como un alarido de dolor.