Con Silvio, brevemente



Entrevistó: José Antonio Evora, periódico Juventud Rebelde, Cuba.
5 de Abril del 1987

Convencido de que el poeta anda por el mundo vestido con la piel de sus abuelos, y de que está apto para ver más allá de las narices de sus nietos, sostuve este diálogo con Silvio Rodríguez, apenas unos minutos antes de su aparición en el recital de la Plaza.

A tu generación le fue mucho más difícil que a la nuestra expresarse críticamente con respecto a todo cuanto obstaculizaba el acelerado avance de la Revolución. ¿Cuáles son las diferencias entre ambas situaciones?

Una de las principales diferencias es que se ha limpiado mucho camino. El hombre vive y disfruta la herencia que le dejaron las generaciones antecesoras, pero actúa a partir de lo que para él significa su entorno, con el propósito de seguir desarrollándolo. Por eso a los viejos suele parecerles que los jóvenes exigen demasiado, y no aprovechan lo que tienen, cuando lo cierto es que sólo pretenden prolongar ese lógico perfeccionamiento de la sociedad.

Dentro de cien años, a quienes entonces sean jóvenes, no van a faltarles motivos para seguir adelante, a sabiendas de que un siglo atrás nosotros lo entregamos todo, incluso desgarradoramente, para dedicarnos por entero a la construcción del futuro.

Por primera vez el Informe Central a un congreso de la UJC se difunde masivamente, como sucede con este, cuyo nombre dice todo sobre sus propósitos cohesionadores: V Congreso de la juventud cubana. ¿Cuál es tu juicio al respecto?

Me parece muy justo, y creo que este proceso se asume desde una visión muy profunda, encaminada a tender saludables puentes entre todos los jóvenes del país; algo así como que tiende a ensanchar el alcance de la organización.

¿Cómo valoras la respuesta de todo este público a la convocatoria de esperar el 4 de abril junto a ustedes, aquí en la Plaza?

En principio, estoy seguro de que si al concierto se le hubiera dado mayor divulgación, y si un número mayor de fuerzas se hubiesen puesto en función de él, habría sido igualmente mayor la respuesta de los jóvenes capitalinos, porque entienden que se trata de un acto histórico. Aunque tengo entendido que son más de 100 000 los que se han reunido aquí esta noche.

Silvio es joven; pero… ¿y si fuera más joven aún?

No me dormiría, porque a nuestro país y al mundo le esperan todavía momentos dramáticos; momentos que exigen de las nuevas generaciones una gran fortaleza ideológica y una gran integridad. La realidad internacional es cada vez más conflictiva, y existe también una voluntad cada vez más explícita, por parte de los enemigos de las revoluciones, de frenar el progreso histórico; al socialismo, en definitiva.

La juventud tiene una enorme responsabilidad en ese sentido, porque deberá enfrentar momentos decisivos, y para eso necesita –sobre todo— de inclaudicables convicciones.

Yo no me dormiría.