Entrevistamos a Silvio Rodríguez: «La especie humana debe superar su tendencia a ser plaga, para valer la pena ante sí misma»



Entrevistó: Daniel Seixo. Para el periódico Nueva Revolución. España.
10 de Julio del 2020

Escuchar a Silvio Rodríguez es escuchar un tiempo, un continente, un pueblo. Dejarse empapar por sus melodías supone caminar por las calles de La Habana a la vez que uno observa como el tiempo pasa lenta pero inexorablemente para un cantautor que en su voz y su sangre lleva gravadas canciones que siendo suyas, para muchos son ya recuerdos, sentimientos y motivo para reflexionar. Charlamos con Silvio precisamente para conocer su pensamiento sobre este mundo en el que nos ha tocado vivir y para lograr, entre canción y canción que nos ofrece con inabarcable talento y cercanía, esbozar el pensamiento político de un gigante de la cultura.

La izquierda europea vive inmersa en un prolongado debate acerca del sujeto al que deberían dirigirse sus estrategias discursivas. En este contexto la nueva izquierda parece adoptar la transversalidad como una maniobra desde la que renunciar al espectro político basado en la distinción izquierda-derecha de cara a lograr ampliar sus apoyos electorales, ¿considera que esta es una estrategia acertada?

No me es facil opinar de una realidad que no vivo. Aunque, en líneas generales, a donde quiera que se mira se pueden encontrar actitudes coherentes y también oportunismos. Entiendo vuestra preocupación.

A lo largo de su trayectoria ha compuesto auténticos himnos que han atravesado generaciones y sociedades muy diferentes que han logrado sentirse identificados en sus letras. Desde su experiencia, ¿qué falla hoy en el mensaje de la izquierda para no llegar a conectar con amplios sectores populares que tradicionalmente habían formado parte de sus filas?

Sinceramente, nunca intenté escribir himnos sino canciones. Quise que mis canciones hablaran de mis experiencias, que son humanas; jamás pensé en posicionamientos ideológicos. No sé si será por eso que algunas canciones logran acompañar incluso a personas de ideas diferentes.

Desde mi experiencia, he visto que lo que fracasa es programar el arte en función meramente ideológica. De ahí salen panfletos que acompañan en las marchas, en la colectividad militante. Pero cuando llegas a casa, a lo cotidiano con tu familia o con tu amor, necesitas algo más que el porrazo en la conciencia, necesitas la caricia del arte, necesitas belleza.

¿Cómo ha vivido las recientes protestas en Estados Unidos a raíz del asesinato de George Floyd?

He visto el movimiento de repudio a la discriminación racial que se ha despertado en los Estados Unidos y en otros países del mundo; y me parece muy bien que todo eso se despierte. Ojalá se mantenga. Y ojalá que ciertos extremismos no se apoderen de las justas razones.

Una vez más las relaciones entre Estados Unidos y Cuba han regresado a una situación de hostilidad tras un breve período de acercamiento, ¿resulta posible para Cuba volver a confiar en un futuro en el gobierno estadounidense?

Hay algo físicamente más rotundo que las diferencias políticas que separan a Cuba y Estados Unidos: su cercanía geográfica. Eso quiere decir que estamos condenados a ser vecinos hasta que el planeta se consuma. Creo que todo lo que hagamos por una convivencia civilizada es correcto. Por supuesto, siempe basados en el respeto mutuo.

En más de una ocasión ha mencionado que Cuba se encuentra inmersa en una lucha de ideas, ¿en qué momento se encuentra ahora mismo el
pensamiento político en la isla?


Cuba suele enconrarse entre dos tiroteos ideológicos: el que hacia el exterior le obliga la hostilidad creciente de sus vecinos imperiales, y una muy necesaria mirada autocrítica sobre su realidad interna, sobre la consecuencia de sus actos.

Actuando en estas direcciones hay una gran diversidad de ideas que se manifiesta sobre todo a través de los medios virtuales: debates económicos, sociológicos, políticos; sanas preguntas; intereses creados; trabajo de zapa. En fin, un abanico abierto y colorido.

¿Considera que la izquierda en América Latina y especialmente en Cuba se puede sentir traicionada por ciertas decisiones de la izquierda
parlamentaria española?


Es de esperar que las izquierdas se comprendan y se apoyen. Aunque es obvio que no es lo mismo ser de izquierdas en Europa que en América Latina. Partidos que se llaman igual, en ocasiones han tenido posturas muy diferentes ante determinados asuntos. Las circunstancias en que vive la gente suelen ser tan o más determinantes que los manuales ideológicos.

Personalmente yo lo siento así (y me perdonan si digo algo raro): Yo siento aprecio por quienes rechazan el bloqueo y nos ayudan a burlarlo. Después de vivir 60 años en un país cercado, acosado física y sicológicamente, quienes son comprensivos y amistosos con Cuba para mí son personas decentes. Me da lo mismo el partido a que pertenezcan.

¿Cómo se explica la falta de un gran proyecto común entre la
izquierda Latinoamericana y la izquierda española pese a los profundos nexos culturales e históricos que nos unen?


Quizá todavía predomine la idea de que Latinoamérica es más un lugar donde hacer negocios que donde encontrar hermanos. Puede que haya prejuicios por superar, falta de valor (o de sensibilidad) para ponerse en el lugar del otro.

¿Sigue suponiendo a día de hoy su tema ‘El necio’ una declaración de intenciones totalmente vigente para la realidad social en la que nos encontramos?

Al menos yo no renuncio a El necio. Es una canción que toca esencias que en mi circunstancia son irrenunciables. Aunque no es lo único que canto, sobre todo cuando estoy en mi país y creo necesario matizar.

Con su nuevo disco parece regresar el trovador con guitarra ¿existe espacio en la industria musical para la reflexión social de las nuevas generaciones?

Nunca me importó demasiado la industria musical (ni yo a ella). Casi toda mi carrera la hice a pulmón, con mis propios recursos y sostenido por la gente. No olvidar que soy cubano de Cuba, y para colmo con cartelito de castrista. Las redes, para los que empiezan ahora, ofrecen ciertas posibilidades de independencia, aunque haya (y posiblemente habrá) intermediarios comerciales. Entre los listillos y las necesidades de supervivencia convirtieron la música en mercancía.

¿Sigue siendo Silvio Rodríguez una persona esperanzada? Dicho de otro modo, ¿hay razones para el optimismo?

Para unos, un vaso mediado de líquido está casi vacío y, para otros, el mismo vaso está casi lleno. Siempre hay razones para lo que nos sensibiliza. La especie humana debe superar su tendencia a ser plaga, para valer la pena ante sí misma.