Entrevistó: Cartaya, para el periódico Juventud Rebelde
5 de Febrero del 1978
Hace unos años durante las memorables jornadas del concierto Cuba-Brasil en la Cinemateca, Silvio Rodríguez varió el programa para estrenar una canción compuesta pocos días antes; hace unos meses, en el marco de las giras que realizó por España, primero en compañía de Pablo Milanés y luego como parte de una delegación del MNT, esa canción recibió, pese a no estar avalada por disco alguno, una clamorosa aceptación. Para preguntar por Mariposas hablamos con Silvio.
–Evidentemente es una canción amorosa, a la que yo he incorporado un símbolo extraído de una cultura precolombina. La mariposa representaba en la cultura náhuatl -del antiguo México- el alma de los guerreros caídos, reencarnada en la gracia de ese animal hermoso para alegrar la vida de aquellos a quienes amaron. Para mí, que tuve una época en que era -y aún lo soy- fanático de aquellas culturas exterminadas, ese símbolo tuvo un tremendo poder evocador en medio una vivencia difícil, y por eso está en la canción.
–Algunos han hablado de esas culturas sin conocerlas en profundidad y las han tildado de bárbaras…
–Creo que bárbaro es tratar de imponer, sea por la fuerza o por medios más sutiles y sofisticados, una cultura, una religión, donde hay otras en pleno florecimiento. El principal argumento de esos detractores ha sido el asunto de los sacrificios humanos. En realidad es más bárbaro el exterminio indiscriminado de un pueblo que esta práctica, para la cual eran escogidos los hijos más fuertes, bellos y valerosos del pueblo, que se entregaban a ella gustosos, llenos de fe, y que el año antes del sacrificio eran tratados como reyes. Por lo demás, eran pueblos cultísimos, con grandes conocimientos de astronomía y arquitectura, si bien en el plano económico desconocían, por ejemplo, el arado.
–De cuanto yo he visto, hay dos paisajes que me han impresionado muy especialmente, por su monumentalidad indescriptible, y ambos son de América: el uno, natural, son Los Andes; el otro, hecho por el hombre, la ciudad de Teotihuacan, en México. Dos veces he estado en México y mis primeras salidas han sido a Teotihuacan. Creo que no hay en el Viejo Mundo nada que pueda comparársele. Allí, junto a la pirámide de la Luna está el templo del quetzal-papalotl. Papalotl significa en náhuatl mariposa, y se creía que el templo tenía la connotación del símbolo que yo he utilizado.
¿Has utilizado en otras canciones símbolos de esa cultura?
Sí, aunque de manera más comprometida. Y en canciones que casi nadie conoce. Tengo, por ejemplo, una dedicada a Cuauhtémoc, que significa águila que cae. Pero uso los símbolos, además de por principio, porque son bellos y profundos.
¿Cuándo grabarás Mariposas?
Está ya grabada en un álbum doble que debe salir antes del Festival. Va a guitarra nada más, porque creo que es poco probable lograr con orquestación la atmósfera que se logra con la improvisación rítmica que yo hago en la guitarra, que me parece la justa para la canción. No obstante, también la canta Soledad Bravo, con un arreglo muy bueno que le hizo Ricardo Miralles, quien en estos días nos visita y quien es, como todos sabemos, un excelente orquestador y gran amigo de Cuba.
¿La grabaste en España?
No; allá grabé un disco a guitarra con canciones de 1968 a 1970. ¿Títulos? Resumen de noticias, Debo partirme en dos, La familia, la propiedad privada y el amor, Qué se puede hacer con el amor, Ojalá, y Canción del elegido. Los españoles tendrán que esperar Mariposas en el álbum de la EGREM.
–Evidentemente es una canción amorosa, a la que yo he incorporado un símbolo extraído de una cultura precolombina. La mariposa representaba en la cultura náhuatl -del antiguo México- el alma de los guerreros caídos, reencarnada en la gracia de ese animal hermoso para alegrar la vida de aquellos a quienes amaron. Para mí, que tuve una época en que era -y aún lo soy- fanático de aquellas culturas exterminadas, ese símbolo tuvo un tremendo poder evocador en medio una vivencia difícil, y por eso está en la canción.
–Algunos han hablado de esas culturas sin conocerlas en profundidad y las han tildado de bárbaras…
–Creo que bárbaro es tratar de imponer, sea por la fuerza o por medios más sutiles y sofisticados, una cultura, una religión, donde hay otras en pleno florecimiento. El principal argumento de esos detractores ha sido el asunto de los sacrificios humanos. En realidad es más bárbaro el exterminio indiscriminado de un pueblo que esta práctica, para la cual eran escogidos los hijos más fuertes, bellos y valerosos del pueblo, que se entregaban a ella gustosos, llenos de fe, y que el año antes del sacrificio eran tratados como reyes. Por lo demás, eran pueblos cultísimos, con grandes conocimientos de astronomía y arquitectura, si bien en el plano económico desconocían, por ejemplo, el arado.
–De cuanto yo he visto, hay dos paisajes que me han impresionado muy especialmente, por su monumentalidad indescriptible, y ambos son de América: el uno, natural, son Los Andes; el otro, hecho por el hombre, la ciudad de Teotihuacan, en México. Dos veces he estado en México y mis primeras salidas han sido a Teotihuacan. Creo que no hay en el Viejo Mundo nada que pueda comparársele. Allí, junto a la pirámide de la Luna está el templo del quetzal-papalotl. Papalotl significa en náhuatl mariposa, y se creía que el templo tenía la connotación del símbolo que yo he utilizado.
¿Has utilizado en otras canciones símbolos de esa cultura?
Sí, aunque de manera más comprometida. Y en canciones que casi nadie conoce. Tengo, por ejemplo, una dedicada a Cuauhtémoc, que significa águila que cae. Pero uso los símbolos, además de por principio, porque son bellos y profundos.
¿Cuándo grabarás Mariposas?
Está ya grabada en un álbum doble que debe salir antes del Festival. Va a guitarra nada más, porque creo que es poco probable lograr con orquestación la atmósfera que se logra con la improvisación rítmica que yo hago en la guitarra, que me parece la justa para la canción. No obstante, también la canta Soledad Bravo, con un arreglo muy bueno que le hizo Ricardo Miralles, quien en estos días nos visita y quien es, como todos sabemos, un excelente orquestador y gran amigo de Cuba.
¿La grabaste en España?
No; allá grabé un disco a guitarra con canciones de 1968 a 1970. ¿Títulos? Resumen de noticias, Debo partirme en dos, La familia, la propiedad privada y el amor, Qué se puede hacer con el amor, Ojalá, y Canción del elegido. Los españoles tendrán que esperar Mariposas en el álbum de la EGREM.