Contar y cantar la revolución, en el Barrio


16 de Septiembre del 2019

Por: Marianela Dufflar
Fuente: Cubadebate
Fotos: Iván Soca


Hace solo dos días, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó: “Esta Revolución no va a dejar de ser contada, ni cantada, porque ni nos vamos a amargar la vida, ni vamos a perder el sueño”. Esos sentimientos acompañaron a Silvio Rodríguez y su tropa, en el concierto número 104 de la gira por los barrios, el cual tuvo lugar este viernes en Los Pocitos, Municipio Mariano, de la capital cubana.


A pesar de la situación energética coyuntural del país, que incide en el transporte y demostrando que los sueños en Cuba, se convierten en realidad, para lograrlo basta con las manos, el pecho, las piernas, el empeño y sobre todo el amor inmenso. Hasta la calle 128 B esquina 71 llegaron los seguidores nacionales e internacionales del autor de Unicornio.


Ellos, unidos a los vecinos de la comunidad y zonas aledañas, apostaron por disfrutar de una tarde-noche iluminada con canciones que además de barrer tristezas, dejan mucha esperanza en el alma de todos.


Entre los que más temprano acudieron a la cita, estaba Rigoberto Sandoval, de 33 años de edad, quien llegó a Los Pocitos desde Guatemala. Vino a conocer a Cuba, su gente, la realidad del país y al enterarse del concierto de Silvio, hizo todo lo posible para asistir.


Desde su adolescencia escuchaba al trovador, al que considera uno de los  artistas más importante de América, y fiel exponente de las ideas de la revolución cubana. Ser testigo de uno de los conciertos que el autor de No hacen falta alas (uno de sus temas preferidos) le regalaba a los barrios, resultaba una oportunidad única, que no podía perder.


Del norte de Chile llegó Norma Quiroga, con la curiosidad de saber qué estaba sucediendo en Cuba. Y al contactar con los cubanos, escuchar sus historias de vida, y ver la dignidad de su pueblo ante un bloqueo, que sobre todo por estos días, quiere asfixiar a la revolución, le han hecho sentir impotencia y amar más a Silvio por lo que dice y canta.


Ella creció escuchando al cantautor cubano, por eso, también siente emoción al cumplir uno de sus sueños, asistir a una de sus presentaciones en vivo. Es el mayor regalo por sus 60 años, los que cumplirá y celebrará el próximo 17 de septiembre, en La Habana, junto a parte de su familia que le acompaña en este primer viaje a la mayor de las Antillas.


Para Simone Hernández de 28 años, natural de La Habana y vecina del Municipio Plaza de la Revolución, este concierto, es su número 104, pues desde que comenzó esta gira, ella ha asistido a todos, incluyendo los que ha realizado en otras provincias.


La joven confesó que el más emocionante a su criterio fue el 101, pues quedó impactada con la respuesta de los asistentes, quienes se mantuvieron en pie, cantando, ante un intenso y torrencial aguacero.


Simone también patentizó haber crecido con las canciones del trovador y le sigue; porque valora su historia y patriotismo, además de su obra.


En medio de estas opiniones, llegó la hora esperada. A las 7 de la noche, ante aplausos de admiración y bienvenida, el trovador subió a escena para dar las buenas tardes.


Recordó a todos que la gira por los barrios tiene 9 años. Es un proyecto conocido, que ya cuenta con un largo recorrido, cuyo propósito y el de los que se suman a él de manera voluntaria, es sacar la música de los teatros y llevarla a la gente, a sus barrios, a sus casa, sus rincones, al lugar donde viven.


Agregó que generalmente, se escogen barrios apartados de los lugares céntricos de La Habana, porque son de difícil acceso a los teatros, cines, centros culturales y por ello llevan su arte a esos barrios.


También le ratificó a los presentes, lo que había anunciado hace varios días. El concierto estaría dedicado a los 30 años de trabajo en Cuba, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), institución que durante décadas ha tratado de brindar protección y apoyo a los millones de refugiados y desplazados en todo el mundo.


Dijo que este tema era eterno, pero que en los últimos años tiene un peso extraordinario en el mundo, producto de las guerras, la desertificación, el cambio climático, los problemas que en los países más pobres no se acaban de resolver y eso provoca enormes migraciones en el mundo y enormes dramas. Por ello se honraba con celebrar este aniversario, de una institución tan humana.


Por otra parte, agradeció al Proyecto Comunitario, Akokán de Los Pocitos, el hecho de tener a tantos niños pintando y embelleciendo el concierto.


De inmediato presentó a su invitado especial, Oscar Sánchez, aseverando que no le conocía personalmente, y que era un trovador que no solo se hacía acompañar de instrumentos de cuerdas cruzadas sino también de una marímbula. Lo ha visto en las redes, comentó Silvio, cantando con mucha energía, textos muy personales.


Así comenzaba la primera parte del concierto en el que Oscar Sánchez, acompañado de Roldán Ros (batería), Miguel Valdés (bajo) e Irán Farías “el menor” (percusión), interpretaron temas de la autoría del joven trovador. Caguamaconga, Atrapado, Jugando, Pá matar a tó los virus, concluyendo con Los dos príncipes, texto que aparece en la Edad de Oro de José Martí y que fue  musicalizado por Oscar.


Su voz de amplio registro, sus melodías y estilo, al igual que sus textos, resultaron de gran impacto en el público.


Al concluir esta actuación, Alberto Aragón, coordinador del equipo de ACNUR en Cuba, agradeció la gentileza de Silvio al dedicar el concierto 104 de la gira, a los 30 años de trabajo de esta agencia en Cuba, expresando sentirse muy honrado por este hecho.


Michel Sánchez fue el encargado de anunciar al público las donaciones de libros infantiles realizadas por Sello Ojalá, Casa de las Américas, Editora Abril y Ediciones La Memoria del Centro Pablo, destinada a la biblioteca comunitaria del proyecto Akocán de Los Pocitos y a la Escuela Primaria Manuel Fajardo de la Comunidad, acción que se ha hecho habitual en estos conciertos. Michel es el coordinador de dicho proyecto que nació como extensión de la Universidad de San Gerónimo de La Habana, en el año 2016, cuyo propósito era visibilizar en principio el tema patrimonial, y que devino en acciones solidarias y creativas que generan desarrollo en la comunidad a partir de sus propias contradicciones.


Luego de este momento, regresó Silvio, acompañado esta vez de Niurka González (flauta y clarinete), Jorge Aragón (piano), Jorge Reyes (contrabajo), Jorge Oliver (batería y percusión) y Emilio Vega (vibráfono y percusión), para a partir de ese minuto y  durante una hora y media, compartir la magia de sus canciones, con los allí presentes.


Aunque conocido y cantado por la mayoría de los presentes, siempre el primer tema del concierto sorprende, así sucedió con Reparador de sueño, antesala de un caudal de canciones -antológicas unas, más recientes otras- creadas y seleccionadas por el poeta, para esta ocasión.


Yo te quiero libre, Tu soledad me abriga la garganta, Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena, Eva, Tonada del albedrío, América, Día del Agua, De pronto la tatagua, Te amaré, Óleo de mujer con sombrero, La era está pariendo un corazón, Ángel para un finalOjalá, fueron piezas disfrutadas y coreadas por un público que recibió a Silvio y sus magistrales músicos con la certeza de estar recibiendo una propuesta de calidad musical y sobre todo, de alta humanidad.


Cuando ya parecía que concluía el concierto y ante la insistencia del público, Silvio retomó en sus manos la guitarra, para cantar un tema creado por un  viejo amigo, muy querido, que estaba de cumpleaños. Se refería a Luis Eduardo Aute y la canción, Dentro, la cual fue escuchada en silencio y con atención, manera especial de agradecer, la deferencia del cantautor.


Una vez más Silvio, con textos, melodías y optimismo, cual respiro imprescindible, volvió al barrio. Asumiendo de manera oportuna su tiempo y el de todos.


El creador de Por quien merece amor, toca el alma, con sus profundas canciones y la envuelve de razones, para seguir demostrando al mundo, como siempre, el orgullo de vivir en un país libre, cual solamente puede ser libre, en esta tierra, en este instante.


No por azar este concierto memorable, concluyó con El necio, un canto que ya es de todos, un canto que expresa la posición no solo del poeta trovador sino de todo un pueblo que con tanto empeño ha crecido y sabe, contar y cantar su historia y su revolución.


Inspirador, resultó, este viernes en el barrio Los Pocitos, escuchar las voces de un coro gigante de diversas generaciones de cubanos, que unido al canto de Silvio y su tropa, ratificaron con entera convicción:


Dicen que me arrastrarán por sobre rocas,

cuando la Revolución se venga abajo,

que machacarán mis manos y mi boca,

que me arrancarán los ojos y el badajo.

Será que la necedad parió conmigo,

la necedad de lo que hoy resulta necio:

la necedad de asumir al enemigo,

la necedad de vivir sin tener precio.

Yo no sé lo que es el destino:

caminando fui  lo que fui.

Allá Dios que será divino:

yo me  muero como viví.