El tiempo está a favor de los pequeños




El tiempo está a favor de los pequeños,
de los desnudos, de los olvidados.
El tiempo está a favor de buenos sueños
y se pronuncia a golpes apurados.

El Salvador y el tiempo,
la suma del coraje,
se han convertido en sol violento
y han emprendido claro viaje.

La noche se enriquece de secretos,
la oscuridad del mundo es compañera,
preparadora del duro esqueleto
que deberá nacer del alba nueva.

Las sombras de las calles
son cómplices del día
y por la loma y por el valle
viene quemando la alegría.

Y Roque y los demás están atentos,
con la absorta pupila de lo eterno,
dando voces de amor a cuatro vientos
y apurando las ruinas del infierno.

El Salvador desborda
las cúspides del mundo
y, colosal, se eleva y borda
con mil estrellas: Farabundo.