Totí




En el cuello de un totí,
carboncito de coral,
una tarde me subí
cuando aquel echó a volar.

Un gajito de galán
y, del romerillo, flor,
tuve tiempo de llevar
para sentirme mejor.

Y me fui en un copo de oscuridad
como un jinete del ventarrón,
con perfume de la nocturnidad,
sobre mi azabache de tornasol.

Bello totí fulígeno,
lienzo del universo,
recreo, postigo,
fantasma inverso,
saeta de un diablo divino.