Ala de colibrí




Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.

Hoy quiero patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.

Por una calle descascarada,
por una mano bien apretada.

Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de desechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena del reino de lo natural
que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.

Por el Levante, por el Poniente,
por un deseo, por la simiente.

Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.

Ala de colibrí,
liviana y pura.
Ala de colibrí
para la cura.