Debajo del cañón se entierran muertos
―debajo del cañón de un río azul.
Se dice que en las noches el desierto
parece un blanco espejo de la luna y su luz.
Y sobre el gran espejismo se mueven
miles de espectros de arena, de nieve.
Muerden sus dientes al cielo que hiere
sus blancos huesos de luz.
Todo el desierto le canta a la luna:
cactus y piedras, reptiles y dunas,
fósiles sordos de piedras de algunas
eras que lejos están.
Debajo del cañón cabalga el viento,
debajo del cañón se escurre el sol.
Un viejo caminante del desierto
recorre el disparejo camino del amor.
Y sobre el gran espejismo se mueven
miles de espectros de arena, de nieve.
Muerden sus dientes al cielo que hiere
sus blancos huesos de luz.
Todo el desierto le canta a la luna:
cactus y piedras, reptiles y dunas,
fósiles sordos de piedras de algunas
eras que lejos están.
―debajo del cañón de un río azul.
Se dice que en las noches el desierto
parece un blanco espejo de la luna y su luz.
Y sobre el gran espejismo se mueven
miles de espectros de arena, de nieve.
Muerden sus dientes al cielo que hiere
sus blancos huesos de luz.
Todo el desierto le canta a la luna:
cactus y piedras, reptiles y dunas,
fósiles sordos de piedras de algunas
eras que lejos están.
Debajo del cañón cabalga el viento,
debajo del cañón se escurre el sol.
Un viejo caminante del desierto
recorre el disparejo camino del amor.
Y sobre el gran espejismo se mueven
miles de espectros de arena, de nieve.
Muerden sus dientes al cielo que hiere
sus blancos huesos de luz.
Todo el desierto le canta a la luna:
cactus y piedras, reptiles y dunas,
fósiles sordos de piedras de algunas
eras que lejos están.