Hubo un país hace mil años, una vez,
que andaba mal porque no había qué comer.
Entonces vinieron profetas a enseñar,
con muchos libros que había que estudiar.
Todo se leyó, todo se aprendió
del sueño que había en los libros,
palabra a palabra.
Las herramientas fueron olvidadas
por la fantasía.
Pero después no se sabía cómo arar,
pero después no se sabía martillar,
pero después no se sabía ni coser,
porque después las herramientas
despreciaron a los hombres.
Hubo un país hace mil años, una vez,
que aprendió la gran lección de subsistir,
y poco a poco fue aprendiendo cómo usar
cada máquina para poder llegar.
Todo se sembró después de aprender
que el mundo se alcanza sudando,
segundo a segundo.
Y el sueño al lado de las herramientas,
para repararlas.
Lo que cambió la realidad fue trabajar,
lo que cambió la realidad fue aprender,
lo que cambió la realidad fue discutir,
porque la vida no es un sueño
y «los sueños, sueños son».
* Canción para el documental Columna Juvenil del Centenario, de Miguel Torres.
que andaba mal porque no había qué comer.
Entonces vinieron profetas a enseñar,
con muchos libros que había que estudiar.
Todo se leyó, todo se aprendió
del sueño que había en los libros,
palabra a palabra.
Las herramientas fueron olvidadas
por la fantasía.
Pero después no se sabía cómo arar,
pero después no se sabía martillar,
pero después no se sabía ni coser,
porque después las herramientas
despreciaron a los hombres.
Hubo un país hace mil años, una vez,
que aprendió la gran lección de subsistir,
y poco a poco fue aprendiendo cómo usar
cada máquina para poder llegar.
Todo se sembró después de aprender
que el mundo se alcanza sudando,
segundo a segundo.
Y el sueño al lado de las herramientas,
para repararlas.
Lo que cambió la realidad fue trabajar,
lo que cambió la realidad fue aprender,
lo que cambió la realidad fue discutir,
porque la vida no es un sueño
y «los sueños, sueños son».
* Canción para el documental Columna Juvenil del Centenario, de Miguel Torres.