Voy a cantar para que escuchen mi canción
como una aguja que traspase la razón.
Escuchen la negra historia,
la leyenda de la muerte
que narran los moribundos desde allá.
Era una tierra devastada por el sol,
con cada lumbre se esparcía el resplandor,
y el águila, temerosa
del mundo que la aplastaba,
tan negra como sus alas los golpeó.
Y allí se libra una batalla por el sol
que unos desdeñan y otros besan con amor.
No se vuelvan las espaldas,
apréstense bien los brazos.
Andemos el mundo sin decirle adiós,
nunca adiós.
como una aguja que traspase la razón.
Escuchen la negra historia,
la leyenda de la muerte
que narran los moribundos desde allá.
Era una tierra devastada por el sol,
con cada lumbre se esparcía el resplandor,
y el águila, temerosa
del mundo que la aplastaba,
tan negra como sus alas los golpeó.
Y allí se libra una batalla por el sol
que unos desdeñan y otros besan con amor.
No se vuelvan las espaldas,
apréstense bien los brazos.
Andemos el mundo sin decirle adiós,
nunca adiós.