Cuatro mil en un minuto,
cinco millones por día,
dos mil millones por año,
diez mil millones en cinco.
Por cada mil que se van,
en la tierra queda un muerto.
A mil dólares por muerto
―cuatro veces por minuto―
está la vida.
Nunca han salido baratos
los dientes de tiburón.
Quizá esto sea una causa,
quizá sea una razón.
El asunto no es quererse
comer el mundo de un golpe.
El asunto es ver en cuántos
pedazos hay que partirlo:
organizar la comida
a niveles de guerrilla,
y nosotros tener siempre
un compañero atento
en la tintorería.
Nunca han salido baratos
los dientes de tiburón.
Quizá esto sea una causa,
quizá sea una razón.
Cada plato de la mesa
debe usarlo un comensal:
no debe quedar un sitio
sin su boca en su lugar.
En grandes y chicas cenas
nos comeremos el mundo.
No hay vanguardia sin espalda:
no hay ejército eficaz
sin retaguardia.
Nunca han salido baratos
los dientes de tiburón.
Quizá esto sea una causa,
quizá sea una razón.
* Encargada por Santiago Álvarez para musicalizar su documental Despegue a las 18:00, en cuyo corte final quedó sólo la primera estrofa. No aparece registrada en los créditos del filme.
cinco millones por día,
dos mil millones por año,
diez mil millones en cinco.
Por cada mil que se van,
en la tierra queda un muerto.
A mil dólares por muerto
―cuatro veces por minuto―
está la vida.
Nunca han salido baratos
los dientes de tiburón.
Quizá esto sea una causa,
quizá sea una razón.
El asunto no es quererse
comer el mundo de un golpe.
El asunto es ver en cuántos
pedazos hay que partirlo:
organizar la comida
a niveles de guerrilla,
y nosotros tener siempre
un compañero atento
en la tintorería.
Nunca han salido baratos
los dientes de tiburón.
Quizá esto sea una causa,
quizá sea una razón.
Cada plato de la mesa
debe usarlo un comensal:
no debe quedar un sitio
sin su boca en su lugar.
En grandes y chicas cenas
nos comeremos el mundo.
No hay vanguardia sin espalda:
no hay ejército eficaz
sin retaguardia.
Nunca han salido baratos
los dientes de tiburón.
Quizá esto sea una causa,
quizá sea una razón.
* Encargada por Santiago Álvarez para musicalizar su documental Despegue a las 18:00, en cuyo corte final quedó sólo la primera estrofa. No aparece registrada en los créditos del filme.