Quién va a pensar en algo más




Un hombre se citó
con un amigo ayer,
pero no pudo ir:
acaba de morir.

En el espacio está
sin llenar su lugar.
Ya nadie piensa en él.
Todo se fue con él.

Un hombre se perdió
en la mañana de hoy
y nada se paró
y el sol no se enteró.

Todo ha seguido igual.
Sólo ha cambiado el fin:
que donde él pudo estar
no ocupará un lugar.

¿Quién va a pensar en algo más
que no sea el loco y ciego afán de vivir?
¿Qué va a quedar de lo demás
que no sea un río de algo inútil y vil?

Ayer me levanté
maldiciendo, al igual
que otros días, sin ver
lo que hubo de pasar.

En la noche de ayer
bien pudo suceder
la leyenda que hoy
habremos de contar.

Pudo perderse el sol
o hacerse piedra el mar,
pudo una bomba hundir
a un niño en su ciudad.

Sucede tanto mal,
tanto amor se nos va,
y uno vive sin ver
y ríe sin pensar.

¿Quién va a pensar en algo más
que no sea el loco y ciego afán de vivir?
¿Qué va a quedar de lo demás
que no sea un río de algo inútil y vil?