Quien me haya escuchado
sabe que ando preocupado
por el verso que madura en su estación.
Que, aunque no soy del esteticismo,
quiero menos el simplismo
panfletario en el cantor.
Pero llega el día
en que la urgencia no da opción
y nos expone, desvestida, una razón.
Porque llega el día
en que la realidad destupe
y, como borbotón, escupe la canción.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.
Da vergüenza acariciar al hijo,
hacer amor, tener domingo,
disfrutar de ver llover.\rQuien me haya escuchado
sabe que ando preocupado
por el verso que madura en su estación.
Que, aunque no soy del esteticismo,
quiero menos el simplismo
panfletario en el cantor.
Pero llega el día
en que la urgencia no da opción
y nos expone, desvestida, una razón.
Porque llega el día
en que la realidad destupe
y, como borbotón, escupe la canción.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.
Da vergüenza acariciar al hijo,
hacer amor, tener domingo,
disfrutar de ver llover.
Da vergüenza tanto hogar seguro,
tanto plan para el futuro,
tanta bien calmada sed.
Da vergüenza arreglarse los dientes,
tener carro, hogar caliente,
ropa limpia, perro fiel.
Da vergüenza cuánto bueno sume,
mientras que Vietnam asume
un trago más de nuestra hiel.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.
Dos mil largos años renaciendo
desde que uno u otro dueño
inspirado en la ambición llegó.
Treinta y tantos años, fuego puro
por hacer de tu futuro
el valle hermoso que el Tío Ho soñó.
Creo que ya resulta una vergüenza
permitir que la inconsciencia
y la traición puedan seguir.
Creo que todos somos responsables
―el que haga y el que hable―
de que al fin puedas vivir.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.
sabe que ando preocupado
por el verso que madura en su estación.
Que, aunque no soy del esteticismo,
quiero menos el simplismo
panfletario en el cantor.
Pero llega el día
en que la urgencia no da opción
y nos expone, desvestida, una razón.
Porque llega el día
en que la realidad destupe
y, como borbotón, escupe la canción.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.
Da vergüenza acariciar al hijo,
hacer amor, tener domingo,
disfrutar de ver llover.\rQuien me haya escuchado
sabe que ando preocupado
por el verso que madura en su estación.
Que, aunque no soy del esteticismo,
quiero menos el simplismo
panfletario en el cantor.
Pero llega el día
en que la urgencia no da opción
y nos expone, desvestida, una razón.
Porque llega el día
en que la realidad destupe
y, como borbotón, escupe la canción.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.
Da vergüenza acariciar al hijo,
hacer amor, tener domingo,
disfrutar de ver llover.
Da vergüenza tanto hogar seguro,
tanto plan para el futuro,
tanta bien calmada sed.
Da vergüenza arreglarse los dientes,
tener carro, hogar caliente,
ropa limpia, perro fiel.
Da vergüenza cuánto bueno sume,
mientras que Vietnam asume
un trago más de nuestra hiel.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.
Dos mil largos años renaciendo
desde que uno u otro dueño
inspirado en la ambición llegó.
Treinta y tantos años, fuego puro
por hacer de tu futuro
el valle hermoso que el Tío Ho soñó.
Creo que ya resulta una vergüenza
permitir que la inconsciencia
y la traición puedan seguir.
Creo que todos somos responsables
―el que haga y el que hable―
de que al fin puedas vivir.
Poetizar, poetizar
ahora es poner junto a Vietnam
clara la acción.
Movilizar, movilizar
es la obra cumbre, el arte de hoy:
la perfección.