Entrevistó: Antoni Batista, revista La Vanguardia, España
6 de Julio del 1995
Cuando usted empezó a cantar, para mucha gente Cuba era un referente y una esperanza. Hoy, cuando menos ha dejado de serlo. ¿Cómo vive usted ese cambio?
Se contempla con dolor ver que el proyecto inicial ya no podrá ser como se soñó. Eso en primer lugar. En segundo lugar, lo vivo con un sentido de adaptación que me parece muy humano, por otra parte. Los seres humanos aprendemos a corregimos ya ponernos a la altura de las circunstancias, tanto por una razón de supervivencia corno porque es la única manera de conseguir algo. Entonces, no sólo yo, todos los cubanos, hemos tenido que pasar por un proceso de ajuste interno.
Hace años, en una canción, usted alertaba de no sumir el proceso creativo ni en el panfleto ni en el vanguardismo. ¿Siguen siendo hoy válidos aquellos límites?
Esto habría que preguntárselo a los posmodemos, ¡ja, ja, ja...! Yo planteé eso cuando comenzaba a cantar y me planteaba no hacer canciones adormecedoras o de consumo. Yo creo que hoy se puede ser de vanguardia en determina dos momentos y que en determinados momentos se puede también ser panfletario. Yo mismo he escrito canciones panfletarias.
En qué medida repercute en sus canciones una cotidianeidad difícil como la que se vive actualmente en Cuba?
A veces de una forma muy inmediata, pero casi siempre como una bomba de profundidad. Yo hago mucho como los rumiantes, necesito darle muchas vueltas a las cosas,y a veces el tema no brota sino al cabo de años.
De todas formas, su vida debe ser diferente de la del ciudadano medio cubano.
Sí, en Cuba, como en otras partes del mundo, los artistas de éxito tenemos más facilidades para vivir. Pero hay personas que no tienen más facilidades para vivir y que no asumen la realidad y el compromiso como lo asumimos nosotros, eso también es cierto: yo no creo que el hábito haga al monje.
Pero ustedes, en unos tiempos en que la gente vive en Cuba momentos durísimos, se pueden considerar unos privilegiados.
Yo no calculé que iba a ganar dinero cuando empecé a hacer canciones, no lo hice por eso. Yo no pensé que me iba a convertir en una persona muy conocida ni que mis canciones iban a resultar tan atractivas para otros. Cuando eso sucedió, lo que cambió fue un poco el exterior mío, pero yo seguí al lado de Cuba, sigo al lado de Cuba y he seguido aliado de mi pueblo. Y es verdad, viviendo un poco mejor, pero al lado de mi pueblo. Y trato de ayudar lo que más puedo a la cultura de mi país. Buena parte de lo que yo he ganado, lo he invertido para construir estudios de grabación en mi país y para la promoción de otras instancias culturales que han tenido menos fortuna que los músicos.
Pablo Milanés creó una fundación con fines similares y el Gobierno cubano la ha cerrado. ¿Qué opina del caso?
Meparece lamentable que la fundación se haya cerrado. Instituciones como esa, de ayuda a la cultura, son muy necesarias en Cuba como lo son en cualquier país del mundo. Pero especialmente en Cuba, donde hay una crisis económica fuerte y es obvio que los presupuestos culturales no tienen el nivel que tuvieron. Por eso es muy necesario que todas las manos que se puedan tender en beneficio de la cultura sean bien recibidas. Por eso lamento profundamente que se haya cerrado la fundación de Pablo Milanés. Y si se ha cerrado por contradicciones con el Ministerio de Cultura, que ese ha sido en gran medida el motivo, hay
que discutir con el Ministerio de Cultura y hay que demostrar en la práctica el valor de nuestras ideas.
El acto de creación es esencialmente un acto de libertad. ¿Se siente usted un hombre libre?
Yo pienso que la libertad no existe, que es uno de los grandes mitos del hombre. Existe un deseo de libertad, eso sí. Y en Cuba no existe ni más ni menos libertad que la que nosotros somos capaces de conquistar. En eso estamos, tanto en el plano social como en el plano personal.
Está hasta el gorro de que siempre le pregunten sobre Cuba, sobre la libertad, sobre la democracia, sobre lo fastidiados que están...?
Ja, ja, ja...! Estoy acostumbrado. Casi me preguntan más de esas cosas que de música, pero no lo rehúyo porque si yo he defendido esa causa es lógico que la gente me busque la lengua para ver lo que digo.
Pues hablemos de música. ¿Su forma de componer parte de la tesitura de una voz como la suya, que da mucho juego?
Mi forma de componer tiene mucho que ver con la forma de componer más tradicional de Cuba, aunque utilizo armonías y ritmos contemporáneos. Esos altibajos en las melodías y esos cambios bruscos de tonalidad tienen mucho que ver con la música más tradicional.
Usted y Aute, aparte de ser amigos, tienen influencias mutuas.
Todo lo que nos gusta nos influye, y a veces incluso nos influye lo que no nos gusta. Aute me parece un artista completo, que abarca muchos campos; es asombroso que pueda hacer tantas cosas bien hechas. Aute es como una versión actual de los enciclopedistas.
El próximo sábado, usted canta en Barcelona, un día después de Aute. ¿Qué opinióntiene de la cançó catalana?
Es uno de los movimientos más fuertes y más característicos de toda esa generación decantores que surgió en diferentes países. Primero estaba muy centrado en la cosa nacionalista catalana, pero la calidad de sus cantores rebasó ese sentido inicial; sin abandonarlo y sin traicionarlo, por supuesto. Yo siento una admiración tremenda por Joan Manuel Serrat, creo que es uno de los cantores más importantes no de estos tiempos sino de todos los tiempos. Admiro tremendamente a Lluís Llach, a Francesc Pi de la Serma a, Maria del Mar Bonet, Pau Riba... A todos, incluso a los nombres que se me olvidan. Cataluña es una
cultura muy antigua y muy vigorosa.
Hace poco estuvo aquí su compatriota Carlos Varela, al que venden como hijo artístico suyo. ¿Cómo es que usted apoya a un cantautor que compone temas anticastristas?
Yo creo que Carlitos no hace canciones anticastristas, lo que sucede es que es de una generación que ve con criterios muy críticos a sus padres, y en gran medida tienen razones para ser así, es por eso que yo los apoyo. Y porque entiendo que ser crítico no quiere decir ser necesariamente contrarrevolucionario.
Todavía les acompaña en sus viajes un comisario político?
Bueno, no eran comisarios políticos, eranempresarios.
Que solían ser del comité central del Partido Comunista.
No, no, no... De verdad. Yo nunca viajécon comisario político. Bueno, excepto dos veces. La primera vez que salí de Cuba, a un festival en Berlín, que llevábamos a una representante de la Unión de Jóvenes Comunistas. Y la segunda vez que salí, con Pablo Milanés y NoeINicola, que fuimos como delegación cultural a un congreso de la Juventud Comunista de Chile. Fuera de eso, de verdad que yo no he viajado nunca con comisario político. Además no me gusta que me estén dando muela.
Para acabar, en medio de tanta crítica ahora parece que Occidente les da una carta de esperanza, a partir del encuentro entre Fidel Castro y el hasta ahora exiliado Eloy Gutiérrez Menoyo.
Eso ha sido muy interesante. Es un paso que expresa la voluntad de Cuba de ser flexible y la voluntad de diálogo, lo que ya quedó muy claramente de manifiesto en los acuerdos-migratorios que se consiguieron con Estados Unidos, y en nuestra voluntad expresa, que siempre hemos manifestado, de estar dispuestos a conversar con Estados Unidos sobre cualquier tema.
¿Ve una salida pacífica al tema de Cuba?
Estarnos más cerca que nunca de una salida pacífica, sensata y buena para todos.
Se contempla con dolor ver que el proyecto inicial ya no podrá ser como se soñó. Eso en primer lugar. En segundo lugar, lo vivo con un sentido de adaptación que me parece muy humano, por otra parte. Los seres humanos aprendemos a corregimos ya ponernos a la altura de las circunstancias, tanto por una razón de supervivencia corno porque es la única manera de conseguir algo. Entonces, no sólo yo, todos los cubanos, hemos tenido que pasar por un proceso de ajuste interno.
Hace años, en una canción, usted alertaba de no sumir el proceso creativo ni en el panfleto ni en el vanguardismo. ¿Siguen siendo hoy válidos aquellos límites?
Esto habría que preguntárselo a los posmodemos, ¡ja, ja, ja...! Yo planteé eso cuando comenzaba a cantar y me planteaba no hacer canciones adormecedoras o de consumo. Yo creo que hoy se puede ser de vanguardia en determina dos momentos y que en determinados momentos se puede también ser panfletario. Yo mismo he escrito canciones panfletarias.
En qué medida repercute en sus canciones una cotidianeidad difícil como la que se vive actualmente en Cuba?
A veces de una forma muy inmediata, pero casi siempre como una bomba de profundidad. Yo hago mucho como los rumiantes, necesito darle muchas vueltas a las cosas,y a veces el tema no brota sino al cabo de años.
De todas formas, su vida debe ser diferente de la del ciudadano medio cubano.
Sí, en Cuba, como en otras partes del mundo, los artistas de éxito tenemos más facilidades para vivir. Pero hay personas que no tienen más facilidades para vivir y que no asumen la realidad y el compromiso como lo asumimos nosotros, eso también es cierto: yo no creo que el hábito haga al monje.
Pero ustedes, en unos tiempos en que la gente vive en Cuba momentos durísimos, se pueden considerar unos privilegiados.
Yo no calculé que iba a ganar dinero cuando empecé a hacer canciones, no lo hice por eso. Yo no pensé que me iba a convertir en una persona muy conocida ni que mis canciones iban a resultar tan atractivas para otros. Cuando eso sucedió, lo que cambió fue un poco el exterior mío, pero yo seguí al lado de Cuba, sigo al lado de Cuba y he seguido aliado de mi pueblo. Y es verdad, viviendo un poco mejor, pero al lado de mi pueblo. Y trato de ayudar lo que más puedo a la cultura de mi país. Buena parte de lo que yo he ganado, lo he invertido para construir estudios de grabación en mi país y para la promoción de otras instancias culturales que han tenido menos fortuna que los músicos.
Pablo Milanés creó una fundación con fines similares y el Gobierno cubano la ha cerrado. ¿Qué opina del caso?
Meparece lamentable que la fundación se haya cerrado. Instituciones como esa, de ayuda a la cultura, son muy necesarias en Cuba como lo son en cualquier país del mundo. Pero especialmente en Cuba, donde hay una crisis económica fuerte y es obvio que los presupuestos culturales no tienen el nivel que tuvieron. Por eso es muy necesario que todas las manos que se puedan tender en beneficio de la cultura sean bien recibidas. Por eso lamento profundamente que se haya cerrado la fundación de Pablo Milanés. Y si se ha cerrado por contradicciones con el Ministerio de Cultura, que ese ha sido en gran medida el motivo, hay
que discutir con el Ministerio de Cultura y hay que demostrar en la práctica el valor de nuestras ideas.
El acto de creación es esencialmente un acto de libertad. ¿Se siente usted un hombre libre?
Yo pienso que la libertad no existe, que es uno de los grandes mitos del hombre. Existe un deseo de libertad, eso sí. Y en Cuba no existe ni más ni menos libertad que la que nosotros somos capaces de conquistar. En eso estamos, tanto en el plano social como en el plano personal.
Está hasta el gorro de que siempre le pregunten sobre Cuba, sobre la libertad, sobre la democracia, sobre lo fastidiados que están...?
Ja, ja, ja...! Estoy acostumbrado. Casi me preguntan más de esas cosas que de música, pero no lo rehúyo porque si yo he defendido esa causa es lógico que la gente me busque la lengua para ver lo que digo.
Pues hablemos de música. ¿Su forma de componer parte de la tesitura de una voz como la suya, que da mucho juego?
Mi forma de componer tiene mucho que ver con la forma de componer más tradicional de Cuba, aunque utilizo armonías y ritmos contemporáneos. Esos altibajos en las melodías y esos cambios bruscos de tonalidad tienen mucho que ver con la música más tradicional.
Usted y Aute, aparte de ser amigos, tienen influencias mutuas.
Todo lo que nos gusta nos influye, y a veces incluso nos influye lo que no nos gusta. Aute me parece un artista completo, que abarca muchos campos; es asombroso que pueda hacer tantas cosas bien hechas. Aute es como una versión actual de los enciclopedistas.
El próximo sábado, usted canta en Barcelona, un día después de Aute. ¿Qué opinióntiene de la cançó catalana?
Es uno de los movimientos más fuertes y más característicos de toda esa generación decantores que surgió en diferentes países. Primero estaba muy centrado en la cosa nacionalista catalana, pero la calidad de sus cantores rebasó ese sentido inicial; sin abandonarlo y sin traicionarlo, por supuesto. Yo siento una admiración tremenda por Joan Manuel Serrat, creo que es uno de los cantores más importantes no de estos tiempos sino de todos los tiempos. Admiro tremendamente a Lluís Llach, a Francesc Pi de la Serma a, Maria del Mar Bonet, Pau Riba... A todos, incluso a los nombres que se me olvidan. Cataluña es una
cultura muy antigua y muy vigorosa.
Hace poco estuvo aquí su compatriota Carlos Varela, al que venden como hijo artístico suyo. ¿Cómo es que usted apoya a un cantautor que compone temas anticastristas?
Yo creo que Carlitos no hace canciones anticastristas, lo que sucede es que es de una generación que ve con criterios muy críticos a sus padres, y en gran medida tienen razones para ser así, es por eso que yo los apoyo. Y porque entiendo que ser crítico no quiere decir ser necesariamente contrarrevolucionario.
Todavía les acompaña en sus viajes un comisario político?
Bueno, no eran comisarios políticos, eranempresarios.
Que solían ser del comité central del Partido Comunista.
No, no, no... De verdad. Yo nunca viajécon comisario político. Bueno, excepto dos veces. La primera vez que salí de Cuba, a un festival en Berlín, que llevábamos a una representante de la Unión de Jóvenes Comunistas. Y la segunda vez que salí, con Pablo Milanés y NoeINicola, que fuimos como delegación cultural a un congreso de la Juventud Comunista de Chile. Fuera de eso, de verdad que yo no he viajado nunca con comisario político. Además no me gusta que me estén dando muela.
Para acabar, en medio de tanta crítica ahora parece que Occidente les da una carta de esperanza, a partir del encuentro entre Fidel Castro y el hasta ahora exiliado Eloy Gutiérrez Menoyo.
Eso ha sido muy interesante. Es un paso que expresa la voluntad de Cuba de ser flexible y la voluntad de diálogo, lo que ya quedó muy claramente de manifiesto en los acuerdos-migratorios que se consiguieron con Estados Unidos, y en nuestra voluntad expresa, que siempre hemos manifestado, de estar dispuestos a conversar con Estados Unidos sobre cualquier tema.
¿Ve una salida pacífica al tema de Cuba?
Estarnos más cerca que nunca de una salida pacífica, sensata y buena para todos.