Entrevistó: Claribel Terre Morell, para la revista Aportes, Costa Rica.
de Octubre del 1991
Hay una esquina en Las Habana donde siempre sopla el viento y por alguna razón es la preferida de Silvio Rodríguez, un trovador del cual todo el mundo cree conocer vida y milagros, mientras él está decidido a no negar nada y caminar a su aire.
Considerado en Cuba y Latinoamérica como uno de los baluartes de la nueva canción, mezcla de amor, historia, guerras y tormentas, pasado los 40 años confiesa sin arrepentirse que “mientras haya posibilidades de vida, dentro de mí no muere nada”.
En medio del aparente desorden de su casa, sentado tranquilamente en un sillón, sencillo, desangelado y terriblemente mordaz reconoce creer también en la inspiración, un poco en los horóscopos, aburrirse por momentos y no molestarse que la gente se enamore cantando sus canciones. Más bien le gusta.
Silvio ¿Te preocupa el futuro?
Sí, pero no el mío. Sé en lo que voy a parar, en que si no “polvo seré, mas polvo enamorado”. Me preocupa lo que les queda por vivir a mis hijos, a mi país, al mundo. Tengo una gran curiosidad por enterarme.
¿Políticamente cómo te definirías?
Yo no soy un político
¿Apolítico?
Si lo tomas en el sentido semántico, así. Pero si lo tomamos con las implicaciones que da la vida no. Yo estoy por determinada política. Más bien soy ético. La política es una práctica, una forma de actuar. Yo he tenido y tengo ideas; saco conclusiones. Ahí estoy.
Sin embargo en Cuba hay quienes te critican que no eres tan audaz como antes, que te has vuelto conservador, que tienes miedo de decir cosas que no gusten.
¿Qué no gusten a quien?
No sé.
Mira, pienso que nunca haré algo que no tenga deseos de hacer. Te garantizo que estoy haciendo lo que siento que debo, sea audaz o no. Lo que sí no puedo es traicionarme a mí mismo. Conforme no me traicioné antes para darle el gusto a algunos, ahora tampoco lo voy a hacer. Y si no estoy diciendo cosas que decía antes supongo que debe ser por eso; porque las dije antes.
Este es un momento muy difícil y a mí siempre me ha gustado ir a mi aire, no al que me impongan. Se ha puesto muy de moda en el mundo y en Cuba, criticarlo todo, a la gente, al gobierno, al socialismo. Es muy fácil criticar ahora. Yo he criticado, pero también tengo la suficiente razón para darme cuenta del esfuerzo que se está haciendo en nuestro país, que están haciendo quienes tienen la responsabilidad de dirigir a Cuba en condiciones tan adversas. No tengo la menor duda de las buenas intenciones de Fidel y de otras muchas gentes que nos dirigen.
LA VERDAD ES AMIGA DEL HOMBRE
Una vez señalaste que creías en el amor con fuerzas, ahora que el amor parece que muere ¿qué dirías?
Lo mismo, o casi lo mismo que en aquella ocasión. Cada vez que veo La guerra de las galaxias y los jedis dicen esa frase tan bonita: “Que la fuerza te acompañe”, pienso en que es el amor lo que se desea que acompañe a la gente. Te lo repito en términos de ciencia ficción, pero entendiéndose esto como una manera de plantear problemas verdaderos de la gente que hay que asumir con fuerza, con cariño y también con rabia.
¿Y el odio?
También tiene fuerzas. Hay muchas bajas pasiones sueltas por el mundo. No sé si por culpa de Pandora cuando abrió la caja, no sé de quién es la culpa, pero las hay aún. El odio adopta muchas máscaras. Cuando es a nivel de perder lo material, asume las formas más groseras y estúpidas de odio, pero hay otras más sutiles. En fin, creo que eso parte de todas las enfermedades que padece todavía el ser humano y que no son solamente de origen político.
¿Qué piensas de esa pasión que parece incontrolable en la que algunos pretenden negar su historia?
Pienso que hay que conocer la verdad. Creo que el hombre nace para la verdad y todo lo que se le escamotee es negativo y es enemigo del hombre. La verdad es la amiga del hombre, pero prefiero contestarte con una de mis canciones. “Quien se atreve a decirme que debo arrepentirme de la esperma quemante que me trajo”. Yo lo veo así aunque siempre hice mi propia interpretación de ella, sin llegar a la aberración de negarla. Nunca vamos a ser perfectos, pero hay cosas que deben respetarse, los muertos, la dignidad; si no lo haces, pobre de ti...
YO QUISE SER ELVIS PRESLEY
Hablemos de gustos musicales
Me gusta casi toda la música, no quiero ponerme a decir que si el rap, el filing, el bolero, casi toda.
Hace poco afirmaste que el rock necesitaba cambios
Mira, cuando yo era un niño quería ser Elvis Presley. Mi padre me hizo una guitarra de juguete y yo lo imitaba. Incluso ya adulto me acusaron de roquero. Como acusación era justificada. El rock siempre me llamó la atención; sólo que, digamos, tengo una especie de vocación por estar al lado de los débiles. El rock está demasiado arriba. Ya no es un mérito suyo, sino del imperio. Pero sí me sigue gustando, aunque quizás menos que antes.
¿No te gustaría que la Nueva Trova Cubana volviera a ser la misma de antes?
No podría ser, porque crecimos. Pienso que lo bonito de aquella época, está: quedan las canciones, la gente, todo.
Qué piensas de la llamada novísima trova, ¿mejores o peores?
Creo que hay continuidad en ellos, aunque cada uno tenga sus características. Algunos con influencias del rock o de la música brasileña. Pero, como nosotros, no han renunciado a legitimizar la poesía y eso me parece muy alentador.
¿Escribes ahora más o menos?
Depende. Lo mío es por rachas.
¿Cuándo estás feliz?
Cuando yo soy muy feliz no tengo tiempo para hacer otra cosa, que no sea ser muy feliz. Qué canciones ni qué nada: me dedico a serlo.
Y ahora en qué momento estás, ¿dedicándote a ser feliz o a escribir canciones?
A contestar preguntas.
¿Te sigue molestando la fama?
Sí, no porque piense en ella, sino porque es incómoda, cuando entran los asuntos privados y están de boca en boca y de oído en oído. La inmensa mayoría de las veces son cosas falsas, infundios. Hay ocasiones en que es buena, por ejemplo, cuando conoces a alguien que no hubieras podido si no tuvieras fama.
Dime algo de lo que te arrepientas
No me arrepiento de nada que haya sido cardinal en mi vida. A lo mejor de cosas menores, pero de las cruciales no, de nada grande.
¿Feliz de ser Silvio Rodríguez?
Por lo menos convencido.
¿Sabes que esta entrevista se va a publicar en Costa Rica?
Qué bien. Allá, una vez, dejé mi corazón.
Considerado en Cuba y Latinoamérica como uno de los baluartes de la nueva canción, mezcla de amor, historia, guerras y tormentas, pasado los 40 años confiesa sin arrepentirse que “mientras haya posibilidades de vida, dentro de mí no muere nada”.
En medio del aparente desorden de su casa, sentado tranquilamente en un sillón, sencillo, desangelado y terriblemente mordaz reconoce creer también en la inspiración, un poco en los horóscopos, aburrirse por momentos y no molestarse que la gente se enamore cantando sus canciones. Más bien le gusta.
Silvio ¿Te preocupa el futuro?
Sí, pero no el mío. Sé en lo que voy a parar, en que si no “polvo seré, mas polvo enamorado”. Me preocupa lo que les queda por vivir a mis hijos, a mi país, al mundo. Tengo una gran curiosidad por enterarme.
¿Políticamente cómo te definirías?
Yo no soy un político
¿Apolítico?
Si lo tomas en el sentido semántico, así. Pero si lo tomamos con las implicaciones que da la vida no. Yo estoy por determinada política. Más bien soy ético. La política es una práctica, una forma de actuar. Yo he tenido y tengo ideas; saco conclusiones. Ahí estoy.
Sin embargo en Cuba hay quienes te critican que no eres tan audaz como antes, que te has vuelto conservador, que tienes miedo de decir cosas que no gusten.
¿Qué no gusten a quien?
No sé.
Mira, pienso que nunca haré algo que no tenga deseos de hacer. Te garantizo que estoy haciendo lo que siento que debo, sea audaz o no. Lo que sí no puedo es traicionarme a mí mismo. Conforme no me traicioné antes para darle el gusto a algunos, ahora tampoco lo voy a hacer. Y si no estoy diciendo cosas que decía antes supongo que debe ser por eso; porque las dije antes.
Este es un momento muy difícil y a mí siempre me ha gustado ir a mi aire, no al que me impongan. Se ha puesto muy de moda en el mundo y en Cuba, criticarlo todo, a la gente, al gobierno, al socialismo. Es muy fácil criticar ahora. Yo he criticado, pero también tengo la suficiente razón para darme cuenta del esfuerzo que se está haciendo en nuestro país, que están haciendo quienes tienen la responsabilidad de dirigir a Cuba en condiciones tan adversas. No tengo la menor duda de las buenas intenciones de Fidel y de otras muchas gentes que nos dirigen.
LA VERDAD ES AMIGA DEL HOMBRE
Una vez señalaste que creías en el amor con fuerzas, ahora que el amor parece que muere ¿qué dirías?
Lo mismo, o casi lo mismo que en aquella ocasión. Cada vez que veo La guerra de las galaxias y los jedis dicen esa frase tan bonita: “Que la fuerza te acompañe”, pienso en que es el amor lo que se desea que acompañe a la gente. Te lo repito en términos de ciencia ficción, pero entendiéndose esto como una manera de plantear problemas verdaderos de la gente que hay que asumir con fuerza, con cariño y también con rabia.
¿Y el odio?
También tiene fuerzas. Hay muchas bajas pasiones sueltas por el mundo. No sé si por culpa de Pandora cuando abrió la caja, no sé de quién es la culpa, pero las hay aún. El odio adopta muchas máscaras. Cuando es a nivel de perder lo material, asume las formas más groseras y estúpidas de odio, pero hay otras más sutiles. En fin, creo que eso parte de todas las enfermedades que padece todavía el ser humano y que no son solamente de origen político.
¿Qué piensas de esa pasión que parece incontrolable en la que algunos pretenden negar su historia?
Pienso que hay que conocer la verdad. Creo que el hombre nace para la verdad y todo lo que se le escamotee es negativo y es enemigo del hombre. La verdad es la amiga del hombre, pero prefiero contestarte con una de mis canciones. “Quien se atreve a decirme que debo arrepentirme de la esperma quemante que me trajo”. Yo lo veo así aunque siempre hice mi propia interpretación de ella, sin llegar a la aberración de negarla. Nunca vamos a ser perfectos, pero hay cosas que deben respetarse, los muertos, la dignidad; si no lo haces, pobre de ti...
YO QUISE SER ELVIS PRESLEY
Hablemos de gustos musicales
Me gusta casi toda la música, no quiero ponerme a decir que si el rap, el filing, el bolero, casi toda.
Hace poco afirmaste que el rock necesitaba cambios
Mira, cuando yo era un niño quería ser Elvis Presley. Mi padre me hizo una guitarra de juguete y yo lo imitaba. Incluso ya adulto me acusaron de roquero. Como acusación era justificada. El rock siempre me llamó la atención; sólo que, digamos, tengo una especie de vocación por estar al lado de los débiles. El rock está demasiado arriba. Ya no es un mérito suyo, sino del imperio. Pero sí me sigue gustando, aunque quizás menos que antes.
¿No te gustaría que la Nueva Trova Cubana volviera a ser la misma de antes?
No podría ser, porque crecimos. Pienso que lo bonito de aquella época, está: quedan las canciones, la gente, todo.
Qué piensas de la llamada novísima trova, ¿mejores o peores?
Creo que hay continuidad en ellos, aunque cada uno tenga sus características. Algunos con influencias del rock o de la música brasileña. Pero, como nosotros, no han renunciado a legitimizar la poesía y eso me parece muy alentador.
¿Escribes ahora más o menos?
Depende. Lo mío es por rachas.
¿Cuándo estás feliz?
Cuando yo soy muy feliz no tengo tiempo para hacer otra cosa, que no sea ser muy feliz. Qué canciones ni qué nada: me dedico a serlo.
Y ahora en qué momento estás, ¿dedicándote a ser feliz o a escribir canciones?
A contestar preguntas.
¿Te sigue molestando la fama?
Sí, no porque piense en ella, sino porque es incómoda, cuando entran los asuntos privados y están de boca en boca y de oído en oído. La inmensa mayoría de las veces son cosas falsas, infundios. Hay ocasiones en que es buena, por ejemplo, cuando conoces a alguien que no hubieras podido si no tuvieras fama.
Dime algo de lo que te arrepientas
No me arrepiento de nada que haya sido cardinal en mi vida. A lo mejor de cosas menores, pero de las cruciales no, de nada grande.
¿Feliz de ser Silvio Rodríguez?
Por lo menos convencido.
¿Sabes que esta entrevista se va a publicar en Costa Rica?
Qué bien. Allá, una vez, dejé mi corazón.