Lo primero, como cubano, es dar las muy sentidas gracias a las amigas y amigos que desde muchas partes del mundo nos apoyan, nos inspiran a luchar contra el bloqueo.
Chomsky ha dicho que los que votan contra el bloqueo en la ONU debieran pasar de condenarlo a no tolerarlo. Y es cierto, porque el bloqueo jamás lo va a levantar ese gobierno y ese sistema imperial que está cada vez más en crisis.
Los que hemos sufrido durante más de seis décadas esta tortura somos los que con más razón no podemos admitirla. Resistir, aprender y ser consecuentes con el aprendizaje son formas de combatir este propósito neocolonial e incluso genocida, que fue como lo calificó Gabriel García Márquez.
Por eso todo lo que hagamos para librarnos de la influencia brutal y a veces sutil del bloqueo nos va a acercar siempre a la independencia de la que esta medida tan atroz pretende separarnos.
Yo creo que los cubanos podemos hacer mucho para no tolerar el bloqueo. Y por supuesto que no me refiero a rendirnos. Me refiero a perfeccionar nuestra sociedad para hacerla cada vez más justa, más inclusiva y democrática; me refiero a luchar por conseguir una sociedad sostenible, basada en la ciencia, nunca en el dogma, y profundamente humanista.
Por eso:
Abajo el bloqueo
Abajo todo lo que lo sostiene
Abajo el odio
y que viva Cuba libre y soberana