25 de Mayo del 2011
Por: Mónica Rivero
Fotos: Alejandro Ramírez Anderson
Por: Mónica Rivero
Fotos: Alejandro Ramírez Anderson
Presentación de Silvio Rodríguez en el Fanguito, Plaza de la Revolución; con
Omara Portuondo, José Antonio Rodríguez, Rolando Luna, Trovarroco, Niurka
González, Oliver Valdés y el promotor cultural Héctor Arturo Valdés como invitados.
El Fanguito está a la orilla del Almendares. Dicen los lugareños que es
predecible el origen de su nombre: la humedad de los terrenos de la zona,
especialmente los más cercanos al río. Según cuentan, comenzó siendo una
comunidad de pescadores, siempre humilde, y que fue ampliándose, creciendo y
diversificándose en su composición social.
Hoy sus caminos son casi laberínticos, las pequeñas casas, casi todas de
madera y zinc, no describen un orden en su disposición.
La proximidad con el río marca la vida de los habitantes del barrio, muchos
practicantes de la pesca, molestados por los mosquitos, acostumbrados a los
cangrejos, al fango tremendo cuando llueve, ...como el domingo. Pero el clima
no detuvo a quienes fueron a regalar música, ni a los que iban a recibirla.
Los instrumentos sonaron, las voces se escucharon, y la gente estaba allí.
Será que, como dice la canción del dominicano José Antonio Rodríguez: "La
lluvia no daña mi fiesta"... Hubo, bromea Silvio, "Agua y mucha Omara"; si
bien las dos cosas iban definitivamente muy en serio.
Omara Portuondo, José Antonio Rodríguez, Rolando Luna, Trovarroco, Niurka
González, Oliver Valdés y el promotor cultural Héctor Arturo Valdés como invitados.
El Fanguito está a la orilla del Almendares. Dicen los lugareños que es
predecible el origen de su nombre: la humedad de los terrenos de la zona,
especialmente los más cercanos al río. Según cuentan, comenzó siendo una
comunidad de pescadores, siempre humilde, y que fue ampliándose, creciendo y
diversificándose en su composición social.
Hoy sus caminos son casi laberínticos, las pequeñas casas, casi todas de
madera y zinc, no describen un orden en su disposición.
La proximidad con el río marca la vida de los habitantes del barrio, muchos
practicantes de la pesca, molestados por los mosquitos, acostumbrados a los
cangrejos, al fango tremendo cuando llueve, ...como el domingo. Pero el clima
no detuvo a quienes fueron a regalar música, ni a los que iban a recibirla.
Los instrumentos sonaron, las voces se escucharon, y la gente estaba allí.
Será que, como dice la canción del dominicano José Antonio Rodríguez: "La
lluvia no daña mi fiesta"... Hubo, bromea Silvio, "Agua y mucha Omara"; si
bien las dos cosas iban definitivamente muy en serio.