29 de Abril del 2019
Por: Marianela Dufflar
Fuente: Cubadebate
Fotos: Iván Soca
Por: Marianela Dufflar
Fuente: Cubadebate
Fotos: Iván Soca
Para los seguidores de Silvio Rodríguez, en Cuba y otras partes del mundo, no es un secreto su relación entrañable con la Casa de las Américas, institución que este año celebra el aniversario 60 de su fundación y a la que le dedicó, este viernes, su concierto número 101 de la Gira por los Barrios iniciada en el año 2010.
En la céntrica calle G esquina 3era, en el Vedado, fue ubicado el escenario, justo a pocos metros de la entrada de Casa de las Américas y hasta allí llegaron cientos de personas convencidas de que la propuesta resultaría única.
Y así fue, pues a las canciones de Silvio, el entorno del Malecón habanero que ilumina el alma y las motivaciones que inspiraron esta presentación, se sumaron dos horas de intenso aguacero, que no impidieron la realización de este concierto memorable, precisamente porque nadie intentó marcharse ante las inclemencias del tiempo y todos los presentes, entre los que se encontraban Miguel Díaz Canel, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministro de Cuba; Bruno Rodríguez, miembro del Buró Político y Ministro de Relaciones Exteriores; Alpidio Alonso, Ministro de Cultura; Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido en La Habana; Antonio Guerrero Héroe de la República de Cuba; Abel Prieto, Director de la oficina del Programa Martiano, así como varias personalidades de la cultura y fundadores de Casa de las Américas, quienes se mantuvieron coreando cada tema, con notable emoción.
La presentación comenzó con un audiovisual donde Roberto Fernández Retamar, Presidente de Casa de las Américas, agradeció a Silvio que el concierto 101 del proyecto de la Gira por los Barrios fuera dedicado a la Casa y a sus vecinos, quienes también han sido afectados por penetraciones del mar.
Retamar también reafirmó el vínculo que posee Silvio desde su adolescencia con Casa de las Américas y el privilegio que resulta asistir a uno de sus conciertos. Por último hizo referencia al aniversario 60 de la institución, e invitó a todos a recordar el porvenir a algo que resultaba difícil, hasta gramaticalmente, por ello no quiso hablar de lo que hizo Casa, sino de lo que hará, gracias a los jóvenes que están trabajando en ella y que garantizan la pervivencia de una institución que tanto queremos.
Posteriormente Silvio subió a escena aseverando que sus conciertos barriales nunca habían tenido una presentación tan honrosa como la de este concierto, a cargo del queridísimo Roberto.
El autor de Unicornio dijo que, a propósito del aniversario de Casa, se le había pedido que hiciera un concierto de barrio allí y, para él y los músicos que le acompañan, resultaba honroso hacerlo.
Para los músicos más jóvenes por lo que significa la leyenda de la institución y para él -que es un poquito más viejo y que ha sido parte, no desde el inicio de Casa, pero sí años más tarde- que conoce lo que significó ese espacio para el surgimiento de la generación de trovadores que representa, que tuvo mucho que ver con el edificio, pero sobre todo con la gente que le dio vida, que animó, que hizo posible, que fundó y echó adelante ese proyecto, esa idea, latinoamericanista, de la cultura profundamente martiana.
Por ello era imposible no referirse a su fundadora Haydee Santamaría, quien además de ser una de las heroínas del Moncada, ha sido una heroína de la Cultura y una heroína de la humanidad de esta revolución.
Luego de estas conmovedoras palabras, Silvio hizo referencia a que en Santa Clara existe hace muchos años un movimiento cultural muy importante en el que se destacan grupos novedosos, entre ellos, le llamó mucho la atención el trío Enserie y por eso en esta presentación contaba como invitado con uno de los autores, que formaba parte de ese trío y de ese movimiento, Roly Berrío.
De inmediato Roly y su agrupación, quienes forman parte del proyecto Trovuntivitis, asumieron la primera parte del concierto, mostrando calidad y sobre todo convocando a través de su música y textos de alto lirismo, a la reflexión, asumiendo con ello una posición de compromiso con su generación, algo característico en los inicios y desarrollo del movimiento de la nueva trova cubana.
Berrío interpretó Piedras de Río, El olor de la rosas, El Patio, Toca morir, Los viejitos y Moscas de fuego, todos de su autoría, y que unidos a su melodiosa voz y a la calidad de sus músicos acompañantes, dejaron un buen impacto en el público.
Cuando concluyó el joven trovador, Víctor Casaus, poeta y director del Centro Pablo de la Torriente Brau, leyó uno de sus poemas dedicado a Haydee Santamaría, que data del año 1980 y de inmediato le cedió la palabra a Jorge Fornet, Director del Centro Literario de Casa de las Américas, quien hizo como es habitual en estos conciertos, la donación de libros a escuelas de la comunidad.
A esa altura del concierto ya la lluvia comenzaba a intensificarse, fue justo el momento en que el poeta y trovador cubano, volvió a escena, esta vez, para conceder su canto a Casa de las Américas y a la Patria.
Acompañado de Niurka González, Rachid López, Maykel Elizarde, Oliver Valdés, Jorge Reyes Emilio Vega y Jorge Aragón, músicos de magistralidad probada y de un aguacero que no tuvo compasión con los presentes, durante más de una hora, se escucharon y corearon, Yo te quiero libre, Tu soledad me abriga la garganta, De la ausencia y de ti, Velia, El reparador de sueño, Viene la cosa, Quien fuera, Eva, Tonada del Albedrío, Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena, Día de agua y Canción del Elegido.
Nadie, absolutamente nadie, ni el presidente cubano ni sus acompañantes, ni el joven, ni el menos joven del público, ni la anciana de 90 años que decidió asistir al concierto, se movieron de sus lugares, todos disfrutaron de una propuesta única y aunque no irrepetible.
No es primera vez que Silvio ante la lluvia, sigue su concierto, si resultó una experiencia, para aquellos que por vez primera les sorprende un aguacero en uno de sus conciertos, inolvidable.
Cuando el autor de Te doy una canción anunciaba el fin, en plena lluvia, los presentes le pidieron otra y fueron todos complacidos con El necio, hasta que dijo, que debido a la lluvia, ya tenían problemas técnicos y se refirió a que había que cuidar lo poco que se tenía, ya que los equipos para hacer los conciertos por los barrios se trajeron a Cuba desde varios países y había que cuidarlos, en este tema buscó la aprobación del presidente cubano Díaz Canel quien asintió con una agradable sonrisa y en ese momento, Silvio concluyó con Ojalá.
Definitivamente el concierto 101 de la gira interminable de Silvio y su tropa acompañante tiene una historia diferente que contar, en la que además de rendir tributo en especial a Haydée Santamaría y a una institución emblemática de la cultura cubana, que ha permitido que intelectuales y artistas de toda América y el Caribe así como de otras partes del mundo, tengan un espacio de expresión, de encuentro y de desarrollo, demostró una vez más la importancia y valores de este proyecto barrial.
Por supuesto también demostró la dignidad de un país y de su gente, que sabe lo que quiere y en medio de situaciones complicadas, sigue cantando junto al trovador de la revolución cubana, acompañando y acompañado bajo la lluvia, de su presidente, no de cualquier presidente, sino el de Cuba, país cual solamente puede ser libre en esta tierra, en este instante.
En la céntrica calle G esquina 3era, en el Vedado, fue ubicado el escenario, justo a pocos metros de la entrada de Casa de las Américas y hasta allí llegaron cientos de personas convencidas de que la propuesta resultaría única.
Y así fue, pues a las canciones de Silvio, el entorno del Malecón habanero que ilumina el alma y las motivaciones que inspiraron esta presentación, se sumaron dos horas de intenso aguacero, que no impidieron la realización de este concierto memorable, precisamente porque nadie intentó marcharse ante las inclemencias del tiempo y todos los presentes, entre los que se encontraban Miguel Díaz Canel, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministro de Cuba; Bruno Rodríguez, miembro del Buró Político y Ministro de Relaciones Exteriores; Alpidio Alonso, Ministro de Cultura; Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido en La Habana; Antonio Guerrero Héroe de la República de Cuba; Abel Prieto, Director de la oficina del Programa Martiano, así como varias personalidades de la cultura y fundadores de Casa de las Américas, quienes se mantuvieron coreando cada tema, con notable emoción.
La presentación comenzó con un audiovisual donde Roberto Fernández Retamar, Presidente de Casa de las Américas, agradeció a Silvio que el concierto 101 del proyecto de la Gira por los Barrios fuera dedicado a la Casa y a sus vecinos, quienes también han sido afectados por penetraciones del mar.
Retamar también reafirmó el vínculo que posee Silvio desde su adolescencia con Casa de las Américas y el privilegio que resulta asistir a uno de sus conciertos. Por último hizo referencia al aniversario 60 de la institución, e invitó a todos a recordar el porvenir a algo que resultaba difícil, hasta gramaticalmente, por ello no quiso hablar de lo que hizo Casa, sino de lo que hará, gracias a los jóvenes que están trabajando en ella y que garantizan la pervivencia de una institución que tanto queremos.
Posteriormente Silvio subió a escena aseverando que sus conciertos barriales nunca habían tenido una presentación tan honrosa como la de este concierto, a cargo del queridísimo Roberto.
El autor de Unicornio dijo que, a propósito del aniversario de Casa, se le había pedido que hiciera un concierto de barrio allí y, para él y los músicos que le acompañan, resultaba honroso hacerlo.
Para los músicos más jóvenes por lo que significa la leyenda de la institución y para él -que es un poquito más viejo y que ha sido parte, no desde el inicio de Casa, pero sí años más tarde- que conoce lo que significó ese espacio para el surgimiento de la generación de trovadores que representa, que tuvo mucho que ver con el edificio, pero sobre todo con la gente que le dio vida, que animó, que hizo posible, que fundó y echó adelante ese proyecto, esa idea, latinoamericanista, de la cultura profundamente martiana.
Por ello era imposible no referirse a su fundadora Haydee Santamaría, quien además de ser una de las heroínas del Moncada, ha sido una heroína de la Cultura y una heroína de la humanidad de esta revolución.
Luego de estas conmovedoras palabras, Silvio hizo referencia a que en Santa Clara existe hace muchos años un movimiento cultural muy importante en el que se destacan grupos novedosos, entre ellos, le llamó mucho la atención el trío Enserie y por eso en esta presentación contaba como invitado con uno de los autores, que formaba parte de ese trío y de ese movimiento, Roly Berrío.
De inmediato Roly y su agrupación, quienes forman parte del proyecto Trovuntivitis, asumieron la primera parte del concierto, mostrando calidad y sobre todo convocando a través de su música y textos de alto lirismo, a la reflexión, asumiendo con ello una posición de compromiso con su generación, algo característico en los inicios y desarrollo del movimiento de la nueva trova cubana.
Berrío interpretó Piedras de Río, El olor de la rosas, El Patio, Toca morir, Los viejitos y Moscas de fuego, todos de su autoría, y que unidos a su melodiosa voz y a la calidad de sus músicos acompañantes, dejaron un buen impacto en el público.
Cuando concluyó el joven trovador, Víctor Casaus, poeta y director del Centro Pablo de la Torriente Brau, leyó uno de sus poemas dedicado a Haydee Santamaría, que data del año 1980 y de inmediato le cedió la palabra a Jorge Fornet, Director del Centro Literario de Casa de las Américas, quien hizo como es habitual en estos conciertos, la donación de libros a escuelas de la comunidad.
A esa altura del concierto ya la lluvia comenzaba a intensificarse, fue justo el momento en que el poeta y trovador cubano, volvió a escena, esta vez, para conceder su canto a Casa de las Américas y a la Patria.
Acompañado de Niurka González, Rachid López, Maykel Elizarde, Oliver Valdés, Jorge Reyes Emilio Vega y Jorge Aragón, músicos de magistralidad probada y de un aguacero que no tuvo compasión con los presentes, durante más de una hora, se escucharon y corearon, Yo te quiero libre, Tu soledad me abriga la garganta, De la ausencia y de ti, Velia, El reparador de sueño, Viene la cosa, Quien fuera, Eva, Tonada del Albedrío, Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena, Día de agua y Canción del Elegido.
Nadie, absolutamente nadie, ni el presidente cubano ni sus acompañantes, ni el joven, ni el menos joven del público, ni la anciana de 90 años que decidió asistir al concierto, se movieron de sus lugares, todos disfrutaron de una propuesta única y aunque no irrepetible.
No es primera vez que Silvio ante la lluvia, sigue su concierto, si resultó una experiencia, para aquellos que por vez primera les sorprende un aguacero en uno de sus conciertos, inolvidable.
Cuando el autor de Te doy una canción anunciaba el fin, en plena lluvia, los presentes le pidieron otra y fueron todos complacidos con El necio, hasta que dijo, que debido a la lluvia, ya tenían problemas técnicos y se refirió a que había que cuidar lo poco que se tenía, ya que los equipos para hacer los conciertos por los barrios se trajeron a Cuba desde varios países y había que cuidarlos, en este tema buscó la aprobación del presidente cubano Díaz Canel quien asintió con una agradable sonrisa y en ese momento, Silvio concluyó con Ojalá.
Definitivamente el concierto 101 de la gira interminable de Silvio y su tropa acompañante tiene una historia diferente que contar, en la que además de rendir tributo en especial a Haydée Santamaría y a una institución emblemática de la cultura cubana, que ha permitido que intelectuales y artistas de toda América y el Caribe así como de otras partes del mundo, tengan un espacio de expresión, de encuentro y de desarrollo, demostró una vez más la importancia y valores de este proyecto barrial.
Por supuesto también demostró la dignidad de un país y de su gente, que sabe lo que quiere y en medio de situaciones complicadas, sigue cantando junto al trovador de la revolución cubana, acompañando y acompañado bajo la lluvia, de su presidente, no de cualquier presidente, sino el de Cuba, país cual solamente puede ser libre en esta tierra, en este instante.