24 de Junio del 2019
Por: Marianela Dufflar
Fuente: Cubadebate
Fotos: Iván Soca
Por: Marianela Dufflar
Fuente: Cubadebate
Fotos: Iván Soca
Para el trovador cubano Silvio Rodríguez, su equipo de trabajo, colaboradores y seguidores de la gira por los barrios desde el año 2010, continúa siendo más importante que se realice el concierto, que ponerse a contar si es el número 101 o el 102.
Claro, no es lo mismo decir este es el concierto 3 que el concierto 103, pero definitivamente el noble empeño radica en llevar la música de alto vuelo, lo más cerca de casa, a aquellos que por lejanía y economía no pueden asistir a los teatros, y necesitan abrir el corazón y los sentidos hacia otras direcciones estéticas y armónicas, para dejar de escuchar, al menos un rato, sonoridades urbanamente cotidianas que van ocupando cada vez más nuestros espacios.
Así quedó nuevamente demostrado este viernes, en el parque El Soldado del barrio El Palenque, en San Antonio de los Baños, provincia Artemisa, lugar escogido por el autor de Guajirito Soy, para la presentación número 103 de la gira barrial.
Nacido y criado en San Antonio de los Baños, el fundador de la Nueva Trova, presentó este concierto rememorando su infancia. Comentó que muy cerca del lugar donde estaba, en la ribera del río, había aprendido a nadar, justo en el charco del negrito. Aseguró que para él era muy emocionante estar en cualquier barrio de San Antonio.
Recordó los conciertos realizados en La Punta, en La Loma, en el Parque Central y afirmó que era primera vez que se presentaba en el Palenque.
Compartió con los presentes cuánto lo motivaba que esta actividad también sirviera de clausura a la jornada en saludo al Día Mundial de Medio Ambiente, convocada por la Fundación Ariguanabo (FUNDAR), creada por un grupo de coterráneos y de la cual forma parte.
Silvio explicó que FUNDAR, desde hace unos años, estaba empeñada en mejorar las condiciones del río Ariguanabo, de los bosques, del pueblo y desde que se están estudiando las cuestiones que pueden perjudicar el curso del río, él ha escuchado decir, que esa parte donde el río entra al pueblo, que es precisamente en el Palenque, le hace falta un alcantarillado, por ello, aprovechando la presencia de autoridades municipales y del pueblo, “quería decirlo en voz alta”.
Este tema, afirmó, lo he tratado en entrevistas, para prensa internacional incluso, en las que he planteado que, para emprender a fondo el trabajo de limpieza y de recuperación de nuestros ríos y bosques, es necesario e imprescindible la construcción del alcantarillado de esa zona.
Sin embargo, alegó, los más interesados deben ser los vecinos del Palenque y los convocó a que no se acojinen, que empujen, pues él solo es un portador y, por supuesto, que los apoyaría en todo, igual que lo hará la fundación Ariguanabo.
Luego de este tema, el trovador explicó sobre la iniciativa de la gira por los barrios, la cual ya tiene nueve años y recordó que se han sumado a ese empeño gente de la música culta, de la música bailable, soneros, raperos y trovadores.
Dijo que el concierto 103 tendría como invitado a un trovador muy interesante, el cual quería invitar desde hace algún tiempo, y de inmediato anunció a Ray Fernández y su grupo.
Desde los primeros acordes, la presencia en escena de Ray y su agrupación sobre cumplió las expectativas del público, sobre todo en aquellos que no le conocían, pues descubrieron y disfrutaron de su arte, en el que no falta la sátira humorística, a través de textos inteligentes, elaborados con un alto vuelo de autenticidad.
Ray logró atrapar al público diverso que asistió al concierto, al que de manera intencional, hizo y hará reflexionar, siempre, en sus presentaciones.
Magistral resultó el tema con el cual comenzó Fernández, Milonga triste para Macri, al que le siguieron, Al que fuma, bebe y canta, Bucanero, El corrido del gusano, concluyendo su actuación con Mamá ando contento, títulos de su autoría que forman parte del fonograma que alcanzó premio en la categoría de Trova, en el recién finalizado Cubadisco 2019.
Al concluir Ray, Víctor Casaus, poeta y director del Centro Pablo de la Torriente Brau, subió a escena, para dar a conocer las donaciones de libros a la Escuela “Lethy Rieng” de la comunidad por parte del Centro Pablo, la Casa de las Américas, los Estudios Ojalá, la Editora Abril, y por los voluntarios que trajeron sus ejemplares y se sumaron a la recogida de valiosos textos.
Luego presentó a Grisel Chacón, directora del Museo del Humor de San Antonio, quien además integra FUNDAR. Grisel dio lectura a los propósitos de la fundación, que posee fines culturales, científicos y aboga por la preservación de la cuenca hidrográfica Ariguanabo, que se encuentra deteriorada.
La directora del Museo también compartió las acciones realizadas en función del río y de la Jornada por el Día Mundial del Medio Ambiente. Enfatizó que más que la clausura de dicha jornada, este concierto de Silvio abría la conmemoración eterna a la naturaleza, a la que todos le debemos y de la cual José Martí afirmó que inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud del hombre.
Llegó entonces al escenario nuevamente, el poeta y trovador. Esta vez acompañado de Niurka González, Oliver Valdés, Jorge Reyes y Trovarroco —integrado por Rachid López y Maykel Elizarde—, músicos que de manera entrañable, dedican gran parte de su talento y profesionalidad personal a interpretar y cultivar, de manera magistral, la obra de Silvio Rodríguez.
Durante una hora y media, vecinos de la comunidad, cubanos de diferentes provincias y extranjeros —quienes no pocas veces sacan sus pasajes solo para asistir a los conciertos del autor de Unicornio— disfrutaron de temas antológicos y otros más recientes de la autoría de Silvio.
Casiopea, Yo te quiero libre, Mi casa ha sido tomada por las flores, La canción de la trova, El papalote, Viene la cosa, El reparador de sueños, Sueño con serpientes, La maza, Canción del elegido, Quién fuera, Rosana, El mayor, El necio, Ojalá, concluyendo con Historia de las sillas, conformaron el programa presentado por el poeta en este concierto 103, donde personas de diversas edades y nacionalidades cantaron, se emocionaron, rememoraron momentos inolvidables de sus vidas y, a manera de agradecimiento, ovacionaron con admiración y respeto al trovador.
Para buena suerte de todos, Silvio y su tropa siguen sembrando amor por los barrios, defendiendo la cultura cubana, alegrando el alma de todos y hasta salvando un río.
Claro, no es lo mismo decir este es el concierto 3 que el concierto 103, pero definitivamente el noble empeño radica en llevar la música de alto vuelo, lo más cerca de casa, a aquellos que por lejanía y economía no pueden asistir a los teatros, y necesitan abrir el corazón y los sentidos hacia otras direcciones estéticas y armónicas, para dejar de escuchar, al menos un rato, sonoridades urbanamente cotidianas que van ocupando cada vez más nuestros espacios.
Así quedó nuevamente demostrado este viernes, en el parque El Soldado del barrio El Palenque, en San Antonio de los Baños, provincia Artemisa, lugar escogido por el autor de Guajirito Soy, para la presentación número 103 de la gira barrial.
Nacido y criado en San Antonio de los Baños, el fundador de la Nueva Trova, presentó este concierto rememorando su infancia. Comentó que muy cerca del lugar donde estaba, en la ribera del río, había aprendido a nadar, justo en el charco del negrito. Aseguró que para él era muy emocionante estar en cualquier barrio de San Antonio.
Recordó los conciertos realizados en La Punta, en La Loma, en el Parque Central y afirmó que era primera vez que se presentaba en el Palenque.
Compartió con los presentes cuánto lo motivaba que esta actividad también sirviera de clausura a la jornada en saludo al Día Mundial de Medio Ambiente, convocada por la Fundación Ariguanabo (FUNDAR), creada por un grupo de coterráneos y de la cual forma parte.
Silvio explicó que FUNDAR, desde hace unos años, estaba empeñada en mejorar las condiciones del río Ariguanabo, de los bosques, del pueblo y desde que se están estudiando las cuestiones que pueden perjudicar el curso del río, él ha escuchado decir, que esa parte donde el río entra al pueblo, que es precisamente en el Palenque, le hace falta un alcantarillado, por ello, aprovechando la presencia de autoridades municipales y del pueblo, “quería decirlo en voz alta”.
Este tema, afirmó, lo he tratado en entrevistas, para prensa internacional incluso, en las que he planteado que, para emprender a fondo el trabajo de limpieza y de recuperación de nuestros ríos y bosques, es necesario e imprescindible la construcción del alcantarillado de esa zona.
Sin embargo, alegó, los más interesados deben ser los vecinos del Palenque y los convocó a que no se acojinen, que empujen, pues él solo es un portador y, por supuesto, que los apoyaría en todo, igual que lo hará la fundación Ariguanabo.
Luego de este tema, el trovador explicó sobre la iniciativa de la gira por los barrios, la cual ya tiene nueve años y recordó que se han sumado a ese empeño gente de la música culta, de la música bailable, soneros, raperos y trovadores.
Dijo que el concierto 103 tendría como invitado a un trovador muy interesante, el cual quería invitar desde hace algún tiempo, y de inmediato anunció a Ray Fernández y su grupo.
Desde los primeros acordes, la presencia en escena de Ray y su agrupación sobre cumplió las expectativas del público, sobre todo en aquellos que no le conocían, pues descubrieron y disfrutaron de su arte, en el que no falta la sátira humorística, a través de textos inteligentes, elaborados con un alto vuelo de autenticidad.
Ray logró atrapar al público diverso que asistió al concierto, al que de manera intencional, hizo y hará reflexionar, siempre, en sus presentaciones.
Magistral resultó el tema con el cual comenzó Fernández, Milonga triste para Macri, al que le siguieron, Al que fuma, bebe y canta, Bucanero, El corrido del gusano, concluyendo su actuación con Mamá ando contento, títulos de su autoría que forman parte del fonograma que alcanzó premio en la categoría de Trova, en el recién finalizado Cubadisco 2019.
Al concluir Ray, Víctor Casaus, poeta y director del Centro Pablo de la Torriente Brau, subió a escena, para dar a conocer las donaciones de libros a la Escuela “Lethy Rieng” de la comunidad por parte del Centro Pablo, la Casa de las Américas, los Estudios Ojalá, la Editora Abril, y por los voluntarios que trajeron sus ejemplares y se sumaron a la recogida de valiosos textos.
Luego presentó a Grisel Chacón, directora del Museo del Humor de San Antonio, quien además integra FUNDAR. Grisel dio lectura a los propósitos de la fundación, que posee fines culturales, científicos y aboga por la preservación de la cuenca hidrográfica Ariguanabo, que se encuentra deteriorada.
La directora del Museo también compartió las acciones realizadas en función del río y de la Jornada por el Día Mundial del Medio Ambiente. Enfatizó que más que la clausura de dicha jornada, este concierto de Silvio abría la conmemoración eterna a la naturaleza, a la que todos le debemos y de la cual José Martí afirmó que inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud del hombre.
Llegó entonces al escenario nuevamente, el poeta y trovador. Esta vez acompañado de Niurka González, Oliver Valdés, Jorge Reyes y Trovarroco —integrado por Rachid López y Maykel Elizarde—, músicos que de manera entrañable, dedican gran parte de su talento y profesionalidad personal a interpretar y cultivar, de manera magistral, la obra de Silvio Rodríguez.
Durante una hora y media, vecinos de la comunidad, cubanos de diferentes provincias y extranjeros —quienes no pocas veces sacan sus pasajes solo para asistir a los conciertos del autor de Unicornio— disfrutaron de temas antológicos y otros más recientes de la autoría de Silvio.
Casiopea, Yo te quiero libre, Mi casa ha sido tomada por las flores, La canción de la trova, El papalote, Viene la cosa, El reparador de sueños, Sueño con serpientes, La maza, Canción del elegido, Quién fuera, Rosana, El mayor, El necio, Ojalá, concluyendo con Historia de las sillas, conformaron el programa presentado por el poeta en este concierto 103, donde personas de diversas edades y nacionalidades cantaron, se emocionaron, rememoraron momentos inolvidables de sus vidas y, a manera de agradecimiento, ovacionaron con admiración y respeto al trovador.
Para buena suerte de todos, Silvio y su tropa siguen sembrando amor por los barrios, defendiendo la cultura cubana, alegrando el alma de todos y hasta salvando un río.