Otras canciones del disco
Hoy continué tomando rumbo a mi región,
clavando señas, descifrando encrucijadas.
Mi cuerpo sigue practicando su cuestión:
cruje mi hueso y se hace la palabra.
Hoy continué domesticando la razón
llena de asombro ante el día sucedido.
Proyecto un rápido boceto de la acción,
trazo versiones que capturo del olvido.
Por eso canto arena:
roca que luego es multitud del agua buena.
Y canto espuma:
cresta que cuando logra ser, ya no es ninguna.
He puesto filo al anhelante corazón,
arrojo estrellas a mellarse contra vientos.
El sueño ha desencadenado la canción
y la canción de hoy me sabe a juramento.
La prisa lleva maravilla y lleva error,
pero viajamos sobre rueda encabritada.
He despertado en el ojo del ciclón,
cuento millones de agujeros en el alma.
Por eso canto arena:
roca que luego es multitud del agua buena.
Y canto espuma:
cresta que cuando logra ser, ya no es ninguna.
Hoy continué tomando rumbo a mi región
con dulce látigo de abeja en la conciencia.
Hoy me perdí amar con planificación,
pero gané a lo que partió con la prudencia.
Hoy continué dándole cuerda a mi reloj,
con timbre atado sobre número invisible.
Poco me importa donde rompa mi estación
si, cuando rompe, está rompiendo lo imposible.
Por eso canto arena:
roca que luego es multitud del agua buena.
Y canto espuma:
cresta que cuando logra ser, ya no es ninguna.
clavando señas, descifrando encrucijadas.
Mi cuerpo sigue practicando su cuestión:
cruje mi hueso y se hace la palabra.
Hoy continué domesticando la razón
llena de asombro ante el día sucedido.
Proyecto un rápido boceto de la acción,
trazo versiones que capturo del olvido.
Por eso canto arena:
roca que luego es multitud del agua buena.
Y canto espuma:
cresta que cuando logra ser, ya no es ninguna.
He puesto filo al anhelante corazón,
arrojo estrellas a mellarse contra vientos.
El sueño ha desencadenado la canción
y la canción de hoy me sabe a juramento.
La prisa lleva maravilla y lleva error,
pero viajamos sobre rueda encabritada.
He despertado en el ojo del ciclón,
cuento millones de agujeros en el alma.
Por eso canto arena:
roca que luego es multitud del agua buena.
Y canto espuma:
cresta que cuando logra ser, ya no es ninguna.
Hoy continué tomando rumbo a mi región
con dulce látigo de abeja en la conciencia.
Hoy me perdí amar con planificación,
pero gané a lo que partió con la prudencia.
Hoy continué dándole cuerda a mi reloj,
con timbre atado sobre número invisible.
Poco me importa donde rompa mi estación
si, cuando rompe, está rompiendo lo imposible.
Por eso canto arena:
roca que luego es multitud del agua buena.
Y canto espuma:
cresta que cuando logra ser, ya no es ninguna.