Otras canciones del disco
En estos días
todo el viento del mundo sopla en tu dirección.
La Osa Mayor corrige la punta de su cola
y te corona
con la estrella que guía,
la mía.
Los mares se han torcido
con no poco dolor hacia tus costas.
La lluvia dibuja en tu cabeza
la sed de millones de árboles.
Las flores te maldicen muriendo,
celosas.
En estos días
no sale el sol,
sino tu rostro.
Y en el silencio
sordo del tiempo
gritan tus ojos.
Ay de estos días terribles,
ay de lo indescriptible.
En estos días
no hay absolución posible para el hombre,
para el feroz, la fiera
que ruge y canta ciega:
ese animal remoto
que devora y devora
primaveras.
En estos días
no sale el sol,
sino tu rostro.
Y en el silencio
sordo del tiempo
gritan tus ojos.
Ay de estos días terribles,
ay del nombre que lleven.
Ay de cuanto se marche,
ay de cuanto se quede.
Ay de todas las cosas
que hinchan este segundo.
Ay de estos días terribles,
asesinos del mundo.
todo el viento del mundo sopla en tu dirección.
La Osa Mayor corrige la punta de su cola
y te corona
con la estrella que guía,
la mía.
Los mares se han torcido
con no poco dolor hacia tus costas.
La lluvia dibuja en tu cabeza
la sed de millones de árboles.
Las flores te maldicen muriendo,
celosas.
En estos días
no sale el sol,
sino tu rostro.
Y en el silencio
sordo del tiempo
gritan tus ojos.
Ay de estos días terribles,
ay de lo indescriptible.
En estos días
no hay absolución posible para el hombre,
para el feroz, la fiera
que ruge y canta ciega:
ese animal remoto
que devora y devora
primaveras.
En estos días
no sale el sol,
sino tu rostro.
Y en el silencio
sordo del tiempo
gritan tus ojos.
Ay de estos días terribles,
ay del nombre que lleven.
Ay de cuanto se marche,
ay de cuanto se quede.
Ay de todas las cosas
que hinchan este segundo.
Ay de estos días terribles,
asesinos del mundo.