La cuota diaria





             “Todos pagamos nuestra cuota diaria de humillación”  
                                                                        Fidel Castro


Los impunes me echaron la jauría
y entre nuevos colmillos me abro paso.
Pero soy de mi día
con mi pecho y mis brazos
y mi sangre corriente todavía.
Mi Parnaso.
 
Los impunes escalan las alturas
donde fundan capillas, parapetos.
Y en la piel de armaduras
van tatuando amuletos
contra el paso del tiempo que satura
los secretos.
 
El dolor no me saca de la cueva
donde canta mi ejército de sol.
Yo no tengo cadenas
–es decir, sólo apenas 
el amor–.
 
Con mi cuota habitual de humillaciones,
con mi barro, con mis alumbramientos
cargaré mis prisiones,
pagaré mis descuentos
mientras floten susurros y canciones
en el viento.


2018