Nuestro después




             A mi nieto Diego.

Se van las mariposas,
las flores, las abejas.
Se van maravillosas,
se van como una queja.

Se fue el rey carpintero,
se apagaron corales.
Hay como un sumidero
de bienes naturales.

Me pregunto quiénes contarán
lo que fue, lo que fuimos.
Me pregunto qué luces usarán
para ver los caminos.

Qué memoria tendrá 
nuestro después,
qué abandonos sabrá 
nuestro después,
y cuán fuerte 
será nuestro después
en su suerte.

Cuando se van los hijos,
los nietos, el futuro,
nos quedan acertijos,
nos mira el lado oscuro.

Se rompen las ciudades,
se funden los reflejos.
Cuando eres dos mitades
comprendes los espejos.

Y la verdad se vuelve un estirón,
la verdad escondida
donde luchan cabeza y corazón,
cada cual por su vida.

Qué memoria tendrá 
nuestro después,
qué abandonos sabrá 
nuestro después,
y cuán fuerte 
será nuestro después
en su suerte.

30 de julio de 2019