Rosana



Ya te estoy recordando, Rosana,
aunque no te hayas ido.
El lucero que brilla mañana
es lo que te he querido.
Ya te estoy recordando, elegida,
como un reo en la sombra
resucita el color de la vida,
lo acaricia y lo nombra.

Ni un centavo te cuesta este beso,
pues mi alma lo paga.
Sólo espero lo mismo por eso,
hasta el fin de la saga.
Cuando escriban la vida los buenos,
al final vencedores,
se sabrá que no usamos veneno
como aroma de flores.

Brotará de la sangre ternura,
inocencia y espejos
donde irán a correr travesuras

1997, París

La cosa está en...



La cosa está en hallarlo a usted
el día menos pensado, en cualquier sitio,
casualmente, donde usted y yo
podamos ver a cuatro manos los alrededores.
La cosa está en lo improbable,
en lo difícil, en lo imposible.
La cosa está allí mismo, donde no debiera estar:
un paso más allá que el largo de las manos.

La cosa está en que un día
haya tiempo para todo:
para hablarnos sin apuros,
para compartir rocíos,
para ser fin de semana como si vivir
fuera tiempo libre, espacio para estar.
La cosa está en las cosas
que yo sé y que usted no sabe,

1969, Atlántico

A caballo



A caballo comienza el delirio de esta carrera
a caballo mi beso, a caballo de la primavera
a caballo caemos al río
a caballo apagamos el frío
a caballo se saltan los broches
a caballo se alumbra la noche
a caballo el amor
a caballo bañado en sudor
a caballo llegamos al vicio
y juro que no es sacrificio.

A caballo querría contigo tener una vista
a caballo y temprano para que se alargue la pista
a caballo andarías segura
en la más saludable montura
a caballo los santos pervierten
y dolor y tortura divierten
a caballo el amor

1988

Paloma mía



Junto a tu cuello de porcelana
yo me tendiera, paloma mía.
Quién lo pudiera besar un día,
quién lo posara sobre tu cama.

Junto a tu boca de fina grana
yo me durmiera, paloma mía.
Si me quisieras, cuánto querría,
paloma rosa de mis mañanas.

Junto a tu cuello de porcelana
yo me tendiera, paloma mía.
Quién lo pudiera besar un día,
quién lo posara sobre tu cama.

Digo tu nombre todos los días.
Digo tu nombre, paloma amada,
porque tu boca ―la más soñada―,
porque tu cuello y la lejanía.

Junto a tu cuello de porcelana

1978

El trovador de barro negro



En el pabellón de mis juguetes
un pequeño trovador de barro negro
su laúd ataca.
A veces no sé dónde se mete.
Se hace amigo de las noches, de los perros,
de la caminata.
Pero por saberse preferido vuelve a mí,
con mañana y sol o con alba gris.
Vuelve de las sombras de un secreto que no sé.
Vuelve de un quizás, vuelve de un tal vez.

Y para mí tañe el laúd
con melodía que parece azul.
Y para mí cuenta su viaje,
y la canción se estrena un traje.
Y para mí tañe el laúd
precipitándolo como un alud.
Sospecho que su melodía

1980

Romanza de la luna



«Vuela el mundo sobre el techo»,
dice el búho que, cantando,
todo mira, todo busca,
todo dice pregonando
pregonando, ay, pregonando.

¿Dónde está la siempre eterna
moraleja de la luna?
¿Dónde está que no la encuentro
yo, que no tengo ninguna
desde cuándo, ay, desde cuándo?

Cantar y cantar.
Las lunas se van y se van.
Mas otras vendrán
porque estas no están:
ya no están.

Subo un monte en la mañana,
bajo un río por la tarde.
Voy con tu mirada a cuestas
sobre mi mente que arde
desde cuándo, ay, desde cuándo.

1967

Vida y otras cuestiones



¿Quiénes levantan las piedras
que luego son techos de historias disímiles?
¿Quiénes construyen calzadas
que enlazan las islas y los continentes?
¿Quiénes armaron las aves
que nos posan en mundos distantes?
¿Quién vertebró
los sonidos que preñan mis manos?
Cuánta faena invisible hace sol.

¿Quiénes irán conmigo?
¿Quién fue feliz?
¿Quién se perdió solo y sin hijos?
¿Después de cuánto resulto yo?

Vida y otras cuestiones:
acaso la ronda de nunca y de siempre
―sea que percibo o que sueño
las sombras que animan al mundo latente,

1995

Lo de más



Lo de menos son todos los secretos
que intuyo, huelo, toco
y siempre te respeto.
Lo de menos es que jamás me sobres,
que tu amor me enriquezca
haciéndome más pobre.
Lo de menos es que tus sentimientos
no marchen en horario
con mi renacimiento.
Lo de menos es larga soledad,
lo de menos es cuánto corazón.

Lo que menos importa es mi razón,
lo de menos, incluso, es tu jamás,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de más.

Amoroso, de forma que no mancha,
en verso y melodía
recurro a la revancha.

1987

Tu imagen



Tu imagen me llegó
a las seis menos diez
y no pude dormir
ni un instante después.
Te confundías con mis sábanas,
te me enredabas en la sien.

Lucías tan real
que casi fui feliz,
pero a las seis y diez
me comprendí sin ti.
Eran mis solitarias sábanas
y una habitual mañana gris.

Y tú eras mi viento, mas no a favor.
Eras mi barca en el pedregal,
eras mi puerta sin tirador,
eras mi beso buscando hogar.

Y tú eras un parto de antigüedad,
maña de un diablo despertador.
Eras espuma de soledad,
carne con llagas de desamor.

1978, Nueva York

En busca de un sueño



En busca de un sueño
se acerca este joven.
En busca de un sueño
van generaciones.

En busca de un sueño
hermoso y rebelde.
En busca de un sueño
que gana y que pierde.

En busca de un sueño
de bella locura.
En busca de un sueño
que mata y que cura.

En busca de un sueño
desatan ciclones.
En busca de un sueño
cuántas ilusiones.

En busca de un sueño
transcurren los ríos.
En busca de un sueño
se salta al vacío.

En busca de un sueño
abrasa el amante.
En busca de un sueño
simula el tunante.

1988

El viento eres tú



A veces entra en el bosque un silbido veloz
que recorre fugaz la penumbra y la luz.
Y los árboles fríos del bosque soy yo.

Todas las copas se postran a fin de existir.
De no hacerlo, deshechas habrían de morir.
Y ese viento que trae la muerte eres tú.

Eres la llama que abrasa la flor
y la violencia del fiero huracán,
la sombra oscura que sigue mi amor.

¿Por qué, por qué tú sigues ―di―
matando este amor que hoy dejas?

1965

Hacia el porvenir



Hacia el porvenir partieron sombras.
Rumbo a mañana algo de oscuridad
fue a sobrevivir, porque el sol de hoy
no pudo más.

No estarán completas las auroras.
Quejas de mí lucirá la claridad,
porque lo que yo tanto pretendí,
demorará.

Por más que quise bendecirme,
y más purificarme,
yo era carne,
yo era yo.

Lo que con amor hacía una mano,
lo rompía con otra el desamor.
Yo no creo que haya sido en vano,
pero pudo ser mucho mejor.

Hacia el porvenir partieron sombras.
Cuando no alcance, sólo podré alertar.

1993

Me quieren...



I

Me quieren enterrar los asesinos,
las comidas con sal y los espejos.
Ya me han querido sepultar los viejos
y algún que otro brioso nuevo pino.

Me quieren enterrar donde adivino
―siempre quisieron ocultarme lejos.
Objeto de los fúnebres cortejos,
ayer u hoy, parece mi destino.

Ahórrense cumplidos y sudores,
pronósticos de ingenio o decadencia:
llevo mil años con enterradores

y sé de sus señuelos y ocurrencias.
Quien necesite hundirme entre las flores
sólo precisa un poco de paciencia.

II

1996

Se demora



Me devora esta situación,
me deplora tanta incomprensión.
Me acalora cada imposición
violenta
que posterga siempre mi ilusión
sedienta.

No hay idioma para la verdad,
no hay aroma como la amistad.
¿Qué paloma sobre mi ciudad
planea
y se asoma para que mi edad
la crea?

Se demora el trillo que va al cielo,
se demora el día de mi vuelo
y yo me impaciento
y me sueño al viento.

Se demora el pájaro cantor,
se demora el verdadero amor.
Se demora,
se demora
pero no olvidaré que hay aurora.

1996

Si seco un llanto



Un día junto al mar
la más triste canción
oyó llorar a un alma su dolor.
Y a por el alma fue
vibrando la tonada,
conmovida y gentil,
maravillada.

¿Qué pena lloras tú
―le dijo la canción—
que me has trocado en gracia el corazón?

¿De qué me sirve a mí
―le respondió un sollozo—
la virtud si no tengo un canto hermoso?

Sospecho que hoy empiezo a ser canción
y tengo la impresión
de que seré tu sol
si logro ser tu canto.
Sospecho que hoy empiezo a ser canción
si seco un llanto.

Un día junto al mar
un alma oyó su voz

1996

Caballo místico



Érase un caballo con dos alas
que subía, que volaba
como volaría el amor

Érase un caballo con un cuerno
en la nariz que en primavera
se hizo buen galopador.

Érase un caballo con un hombre
y un arquero, todo junto
con un solo corazón.

Érase que un beso era el Olimpo,
érase que abril era a las cinco.

Y las patas del animal místico
se enredaban en el aire
con su galope magnífico.

Y era que te había conocido
con tu nombre que volaba,
con tu pequeño vestido.

1978, México D.F.

Reino de todavía



Viene girando un ángulo planetario,
golpeando las paredes del infinito,
descascarando el nácar del inventario,
violentando el remanso de lo prescrito.

Ciertas presiones altas vienen girando
―en los celajes, arremolinaciones,
travesuras del tiempo traspapelando―;
vienen antecedentes de los ciclones.

Lloran viejos obscenos, moralizantes,
almas crucificadas en los cincuenta,
con las lenguas sumidas en anhelantes
saliveos al sexo de los noventa.

Lloran niños dormidos, bien arropados
en la eterna ilusión de salir mejores.

1994

Canción del trovador errante



Fui un trovador errante
sombra por caminos sin almas



Mis riquezas
fueron aquellos sitios
donde aprendían mis canciones
quienes me las mostraban
vagabundos alrededor de sus hogueras
iluminaciones de cirqueros y perros
donde me convertía en una chispa transitoria
disuelta en las remotas
antífonas que saben las cigarras


1994

Soltar todo y largarse



Soltar todo y largarse ―qué maravilla―,
atesorando sólo huesos nutrientes,
y lanzarse al camino, pisando arcilla,
destino a las estrellas resplandecientes.

Pantalones raídos, zapatos viejos,
sombrero de ventisca, ojo de garra
escudriñando enigmas en los espejos
y aprendiendo conciertos de las cigarras.

Con amores fugaces e inolvidables,
con parasiempres grávidos como espuma
y el acero afilado de los probables
colgado, vigilante, junto a la luna.

Soltar todo y largarse. Qué fascinante
volver al santo oficio de la veleta,

1995

Ala de colibrí



Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.

Hoy quiero patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.

Por una calle descascarada,
por una mano bien apretada.

Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de desechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,

1995