Defensa del trovador
¿Por dónde están los amigos y desconocidos
que esperaban debajo de mis labios,
los que esperaban sus gritos reunidos
saliendo por mi única garganta como agravios;
los que ahora dicen que ya no soy yo,
que hago cojines de una canción;
los que bien tienen derecho a opinar
pero no saben qué rumbo tomar;
los que esperaban sentados en casa
por dos guitarrazos que hicieran temblar?