Canción de posguerra*



Yo sé que cuando todo pase,
cuando el fuego descanse
para luego seguir,
alguien te mirará en silencio,
casi sin comprenderlo,
casi sin saber de ti.


Haces bien



Haces bien con irte lejos
de las paredes pintadas
que se conocen tus hombros,
mis besos, nuestras miradas.
Haces bien: tocaste el cielo,
tienes azul en la cara.

Haces bien. No te confíes
ni aunque te bajen estrellas,
pues para cada milagro
hay su respuesta correcta.
Haces bien: nunca te fíes
de la mar y de la arena.

Hace años esta historia
me hubiera invitado a escupir
las sagradas costumbres,
la familia, la sopa,
a poner lazos blancos
en piel de la derrota,
pero ya sé que es duro
cambiar un claro amor
por otro oscuro.

Blanco



Todos los días se pinta de blanco,
sale a la calle llena de colores
y a cada minuto recibe un brochazo en la piel.
Su espalda, sus manos, su rostro
van siendo invadidos por luces y sombras,
se le van encendiendo de fiebre y de frío,
de forma que cuando regresa y se mira, no está.
Mas vive bajo su avalancha.

Ahora está sin salir
(casi nadie merece su amor),
pero saldrá cuando vayas por él.
Ahora te espera
en su tumba ambulante, llena de color,
hasta que tú la deshagas de amor.

Ahora te espera de noche, en su cuarto,

América, te hablo de Ernesto



Con una mano larga
para tocar las estrellas
y una presión de dios en la huella,
pasó por tu cintura,
por tu revés y derecho,
el curador de hombres estrechos.

Preparando el milagro
de caminar sobre el agua
y el resto de los sueños
de las dolencias del alma,
vino a rajar la noche
un emisario del alba.

Y con voz tan perfecta
que no necesita oído,
hizo un cantar que suena a estampido.
En todos los idiomas
el emisario va a verte.
En todos los idiomas hay muerte.

Aunque lo entierren hondo,
aunque le cambien la cara,

Acta de confesión



Yo fuera mucho más amable
si Terry no se hubiera muerto
cruzando la loma del hielo
bajo una rueda condenable

Yo fuera mucho más amable
si el río fuera un juego limpio
y no una prueba de principios
y no los gritos de mi madre

y no los gritos de mi madre
y no una prueba de principios
si el río fuera un juego limpio
yo fuera mucho más amable

Yo fuera mucho más amable…

Yo fuera mucho más amable
si la maestra pelirroja
no hubiera dado mi pistola
a su alumnito manejable

Yo fuera mucho más amable
de ser solamente soldado

Abro después de las dos…



Abro después de las dos
salí a almorzar

tengo que cuidar a mi hermana
¿qué cigarros fumas ahora?
hoy me caso y no tengo anillo
yo sí que no creo en nadie
ella es más alta que él
¿quién usó mi cinto amarillo?
llevo huecos en las dos suelas
ella está muy avejentada

abro después de las dos
salí a almorzar

tiene un carro requetebueno
cuida que el niño no bese a la niña
a las cinco vamos al cine
sus padres son divorciados
entonces se quitó el vestido
qué mala está la comida
ese chisme ¿quién te lo dijo?

A los mártires del Granma



Un paisaje dormita en los ojos del muerto
y su luz resucita en el sol montaraz.
El paisaje que alzó su camino a lo yerto
es una fronda amiga donde acampa la vida,
y su propio cadáver es la flor inicial.

Maravilla de amor la pupila del muerto.
Maravilla de amor la visión que soñó.
Maravilla del iris que soñaba despierto.
Maravilla de sol que lo resucitó.

Ha crecido un jardín de los ojos del muerto.
Hay colores sin fin bajo el sol matinal.
Y ha nacido la hormiga de su párpado atento
y ha llegado el amor de su sueño inmortal.

Yo te invito a caminar conmigo



Yo voy a amarte sin palabras,
sin una coma, sin puntuación.
Quiero sumarte a mi bandada
de cuervos muertos, sin ilación.
Y hacer historia con mis actos llenos
y repetir la misma escena luego,
para poder decir mañana:
no fui malo ni fui bueno.

Estoy en deuda con lo nuevo,
con la verdad, con la aventura y el placer.
Siento una rabia que me enfermo
cuando me dicen lo que debo hacer.
Con el oportunismo tengo un duelo,
con las cabezas como el hierro viejo,
y, sin embargo, estoy amando
y abro un trillo sobre el fango.

Y ahora ya soy viejo



Cuando vi como miraban los hombres del Nilo,
quise sus ojos;
cuando vi como corrían los cazadores de canguros,
quise sus piernas.

Siempre he querido lo mejor para mi cuerpo:
ojos y piernas para ver e ir mejor.

Cuando a los espartanos vi luchar, pedí;
cuando vi amar a madres bárbaras, pedí.

Sus brazos por defensa,
sus pechos por pasiones,
su Historia por mi historia.

He sido muy ambicioso, lo reconozco.

Cuando vi como creaban por las siete colinas,
quise sus almas;
cuando vi la justicia de la naturaleza,

Voy a cantarle al porvenir



De una esmeralda
del mar tengo una historia.
No es muy completa,
aún no se ha terminado.

Yo no la escribo:
la escriben muchos hombres.
Yo estoy con tiempo
para hacerla en sus nombres.

Voy a cantarle al porvenir
y, como es al porvenir,
voy a decirle la verdad sin vacilar.

Diré que fuimos lo normal:
piel y cerebro para andar,
que no tuvimos nada más para avanzar.

Y un hombre quisimos mejor
y costó mucho echarlo a andar:
mucho sudor, mucha ansiedad.

No voy a darle nombre al sol,
pero diré que batallar

Viven muy felices



Viven muy felices ―¡no digo yo!―
los que repiten la lección como aprendices,
los que no miran más allá de sus narices.
Viven muy felices ―¡no digo yo!―
los que repiten un camino sin razones
y ven la audacia como historias de canciones.
Viven muy felices
―¡no digo yo!

Qué fácil es seguir caminos
ya caminados por otros pies,
pues no habrá un hoyo no avisado
donde te puedas caer sin ver.

Y qué difícil ser tan joven
que no te baste lo que pasó,
y preferir buscar caminos,
nuevos destinos para la voz.

Viven muy felices ―¡no digo yo!―

Una canción para Yolanda y Pablo



Me creció la mano
viendo cómo eras feliz
y eras mi amigo,
aquella noche sin mujer.

Ahora viene un hijo para ti
y para mí viene otro hijo.
Qué distinto puede ser.

Yo no estaba, como tú,
con veintiséis años en la garganta,
presintiendo una ironía.
Yo traté de construir
una canción a ustedes
―yo estaba como tú,
con veintidós de nieve.

No son cuatro años los que faltan
para tener tu estatura.
Son cuatro ruinas de fe.

Hay gente que tiene
las estrellas alejadas,
pero al cabo de llorar
pueden volver.

Toda materia que sea útil



Toda materia que sea útil
está salvada de la muerte,
pero la vida es practicable
naturalmente, sin elecciones.

Hemos hablado comúnmente,
dando y quitando, trasponiendo,
haciendo el aire respirable
y recibiendo la misma suerte.

Recoge el resto de mi cuerpo en el pasado
y mi cabeza en el lugar en que nací.
Los huesos, sácalos del fondo de las fotos
de los amigos que ahora cantan sin mí.

Levanta un poco las palabras,
busca debajo de los verbos.
Verás que todo está en su puesto,
limpio y planchado, oliendo a muerto.

Tirando piedras para el cielo



Tirando piedras para el cielo,
desde muy niño, un andador
juró pasear en una estrella
por el cosmos.

Y en una expedición al cielo
de polizonte pudo ir.
Y fue durmiendo todo el viaje
en su cubil.

Hasta que al fin fue descubierto
y en una estrella se quedó.
Y hoy viaja todo el firmamento,
como juró.

Y ya hace años que recorre el cielo
de un lado a otro, viendo el universo.
Su barba es una larga cola
que se mece entre planetas
y que siguen remolinos.
Y el sol lo sigue con los ojos
cuando cabalga entre sus trazos.

Sonrisas de papel



Una vez comprendí que mi voz no era mía,
que era toda del mundo, del mar y los días,
y la llevé en mi viaje entre amores y horror.
Y canté noche a noche, aunque nadie me vio
cuando me iba solo, arrastrando los pies,
para llegar tan tarde a mi casa otra vez,
dejando atrás sonrisas,
sonrisas de papel.


Siempre muy de mañana



Siempre muy de mañana yo te miro.
Te he visto en tantos rostros.
En cada rostro he sido tu testigo
y siempre ha sido en hora muy temprana.
Siempre muy de mañana yo te miro,
yo te miro siempre muy de mañana.

Siempre muy de mañana te conozco.
He conocido tanto,
tanto como lo que nunca conozco.
No conocer quizás me lleve a nada.
Siempre muy de mañana te conozco,
te conozco siempre muy de mañana.

Siempre muy de mañana me enamoro.
Me he enamorado tanto.
Yo tengo tanto amor que a veces lloro.
Pero cambio el amor por una espada.

Se cuenta de ti



Se cuenta de ti
que quieres hacer un vivo de mí.
Yo pienso de ti
que acaso es mejor que sigas allá,
jugando a hacerme soñar.

Quizás es mejor
que quedes así: lejana, irreal.
Me ha sido difícil
siempre continuar un sueño después
que lo he podido realizar.

Quizás soy difícil y yo no lo sé,
y tú lo descubras y duela después.
Quizás no soportes mi paso que es largo,
mi sed insaciable y mis ojos sin párpados.

Hoy los sueños se paran al borde de mí
y no siguen adentro,
temiendo se puedan lograr.

Saudade



La otra noche me seguía
ávida de celos la ansiedad,
y pensé que en esta vida
no hay querer sincero sin maldad.

Oye, mi amor —te dije—, tú sabrás:
si dejas de querer, me matarás.
Si tu pasión mermase, qué infeliz
sería al no tenerte nunca más.

Y muy solo me perdí en la niebla,
entre la dormida ciudad.
Y pensé que me querías
y que no te irías nunca más.

Oye, mi amor —te dije—, ya no sé
qué pienso, ya no tengo nunca paz.
Si tu querer me cuesta esta agonía,
vete: moriré en la soledad.

Rock de los fantasmas*



Es la hora del crepúsculo: el sol se va.
Ya la noche va opacando la claridad
y la luna va saliendo con un temor,
pues es noche de fantasmas: ¡qué terror!

Los fantasmas, los fantasmas
ya vienen ya, volando, los fantasmas.
Los fantasmas, los fantasmas
rockeando con cadenas y guitarras.

Todos les temen pues saben que son
los fantasmas, los fantasmas.

Una chica se atrevió
a mirarlos sin temor
y muy tarde cuenta se dio
de que un fantasma la raptó.

Los fantasmas, los fantasmas
ya vienen ya, volando, los fantasmas.

Qué poco es conocerte



Qué poco es conocerte
y haber hallado
un amor más en todo el mundo.

Qué poco es conocerte
y haber vivido
y hablar de todo lo pasado.

De niño siempre me gustó
pasear en un bote hecho de sueños
que tenía atracado entre el pelo,
en la parte que queda el anhelo.

De niño confundía un tablón
con el velero increíble que amaba.
Y aquel río, para mí, era el océano,
y soltaba mis velas temprano
buscando el mar, buscando el mar.
Nunca me preocupó llegar o no llegar.
Y el viento que soplaba era la vida.
Así podría amarte,