Canción de la princesa*



Un día llegará
mi otra mitad al borde
de los sueños
y me acompañará
a remontar las cumbres
del amor.

El día más común
de pronto la veré.
Pero no sé si aún
la reconoceré.

¿Quién es, cómo será
el ser del que seré
la otra mitad?
Su hermoso corazón
será quien me revele
su expresión…

 

*Grabada por Anabell López para la película Meñique, dirigida por Ernesto Padrón.

Meñique*



¡Ah!
Dice mi hermano el sinsonte
que el campo es su tesitura.
Yo soy amigo del monte
y todas sus criaturas
y todas sus criaturas.
¡Cómo no!

¡Ah!
Con mi trabajo quisiera
ser de mi suerte monarca
y que este don se esparciera
sobre mi pobre comarca
sobre mi pobre comarca.
¡Cómo no!

Que hombre y naturaleza
rezuman belleza
y pongan certeza a mi son.
¡Cómo no!

 

*Grabada por Joel Espinosa para la película Meñique, dirigida por Ernesto Padrón.

Santiago de Chile



Allí amé a una mujer terrible,
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno.

Allí aprendí a quitar con piel el frío
y a echar luego mi cuerpo a la llovizna,
en manos de la niebla dura y blanca,
en calles del enigma.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Allí, entre los cerros, tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos.
Allí yo tuve más de cuatro cosas
que siempre he deseado.

Allí nuestra canción se hizo pequeña


1973

Oh, melancolía



Hoy viene a mí la damisela soledad,
con pamela, impertinentes y botón
de amapola en el oleaje de sus vuelos.
Hoy la voluble señorita es amistad,
y acaricia finamente el corazón
con su más delgado pétalo de hielo.

Por eso hoy,
gentilmente, te convido a pasear
por el patio, hasta el florido pabellón
de aquel árbol que plantaron los abuelos.
Hoy el ensueño es como el musgo en el brocal,
dibujando los abismos de un amor
melancólico, sutil, pálido, cielo.

Viene a mí, avanza
―viene tan despacio―,
viene en una danza
leve del espacio.


1986

En mi calle



En mi calle hay una acera gris
donde se pegan las miradas
del que mira a dónde va.

En mi calle hay un banco que es
tan largo y blanco como el mármol
donde iremos a parar.

Yo no sé por qué son tan altas
las blancas ventanas que miran al cielo.
En mi calle el mundo no habla,
la gente se mira y se pasa con miedo.

Si yo no viviera en la ciudad,
quizás vería el árbol sucio
donde iba a jugar.

En mi calle de silencio está,
y va pasando por mi lado
―es un recuerdo desigual.

Yo no sé por qué estoy mirando,


1967

Rabo de nube



Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube

un barredor de tristezas
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube
que se llevara lo feo
y nos dejara el querube

un barredor de tristezas
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.


1977, México D.F.

En el jardín de la noche



En el jardín de la noche
hay una rosa luminosa
que me mira fijamente a los ojos.
Parpadea y me quiere decir cosas
―tantas cosas que no sé―,
y es cuando alargo los brazos
para llevarle mis manos tan abiertas
que casi me siento llegar con el pie.

Pero yo
quiero ser de noche el dueño
de los ojos de la altura,
y he de fundir la montura
para galopar mi sueño.

Volaré,
tengo que domar el fuego
para cabalgar seguro
en la bestia del futuro
que me lleve a donde quiero.

En el jardín de la noche
hay una rosa luminosa


1975

Sueño de una noche de verano



Yo soñé con aviones
que nublaban el día
justo cuando la gente
más cantaba y reía.

Yo soñé con aviones
que entre sí se mataban,
destruyendo la gracia
de la clara mañana.

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor,
cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror.

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín.
Si capturo al culpable
de tanto desastre,
lo va a lamentar.

Yo soñé un agujero
bajo tierra y con gente,


1984

Unicornio



Mi unicornio azul
ayer se me perdió.
Pastando lo dejé,
y desapareció.
Cualquier información
bien la voy a pagar.
Las flores que dejó
no me han querido hablar.

Mi unicornio azul
ayer se me perdió.
No sé si se me fue,
no sé si se extravió;
y yo no tengo más
que un unicornio azul.
Si alguien sabe de él,
le ruego información.
Cien mil o un millón
yo pagaré.

Mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.

Mi unicornio y yo
hicimos amistad,
un poco con amor,
un poco con verdad.
Con su cuerno de añil


1981

Sólo el amor



                         Sólo el amor engendra melodías.
                                                          José Martí

Debes amar la arcilla que va en tus manos.
Debes amar su arena hasta la locura.
Y si no, no la emprendas, que será en vano:


1978

Canción en harapos



Qué fácil es agitar un pañuelo a la tropa solar
del manifiesto marxista y la historia del hambre.
Qué fácil es suspirar
ante el gesto del hombre que cumple un deber,
y regalarle ropitas
a la pobrecita
hija del chofer.
Qué fácil de enmascarar sale la oportunidad.

Qué fácil es engañar al que no sabe leer.
Cuántos colores, cuántas facetas
tiene el pequeñoburgués.
Qué fácil es trascender con fama de original,
pero se sabe que entre los ciegos el tuerto suele mandar.
Qué fácil de apuntalar sale la vieja moral
que se disfraza de barricada


1971

Por quien merece amor



Te molesta mi amor,
mi amor de juventud,
y mi amor es un arte en virtud.

Te molesta mi amor,
mi amor sin antifaz,
y mi amor es un arte de paz.

Mi amor es mi prenda encantada,
es mi extensa morada,
es mi espacio sin fin.

Mi amor no precisa fronteras,
como la primavera
no prefiere jardín.

Mi amor no es amor de mercado,
porque un amor sangrado
no es amor de lucrar.

Mi amor es todo cuanto tengo.
Si lo niego o lo vendo,
¿para qué respirar?

Te molesta mi amor,
mi amor de humanidad,


1981

La maza



Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte,
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura;

Si no creyera en la balanza,
en la razón del equilibrio;
si no creyera en el delirio,
si no creyera en la esperanza;

Si no creyera en lo que agencio,
si no creyera en mi camino,
si no creyera en mi sonido,
si no creyera en mi silencio,

¿qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera?

Un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores resplandores


1979

Pequeña serenata diurna



Vivo en un país libre,
cual solamente
puede ser libre
en esta tierra,
en este instante,
y soy feliz
porque soy gigante.

Amo a una mujer clara
que amo y me ama
sin pedir nada,
o casi nada,
que no es lo mismo
pero es igual.

Y si esto fuera poco,
tengo mis cantos
que, poco a poco,
muelo y rehago
habitando el tiempo,
como le cuadra a un hombre despierto.

Soy feliz,
soy un hombre
feliz, y quiero
que me perdonen
por este día
los muertos
de mi felicidad.


1974

Causas y azares



Cuando Pedro salió a su ventana
no sabía ―mi amor, no sabía―
que la luz de esa clara mañana
era luz de su último día.

Y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando Juan regresaba a su lecho
no sabía ―oh, alma querida―
que en la noche lluviosa y sin techo
lo esperaba el amor de su vida.

Y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando acabe este verso que canto


1984

Días y Flores



Si me levanto temprano,
fresco y curado, claro y feliz,
y te digo: «voy al bosque
para aliviarme de ti»,
sabe que dentro tengo un tesoro
que me llega a la raíz.

Si luego vuelvo cargado
con muchas flores ―mucho color―
y te las pongo en la risa,
en la ternura, en la voz,
es que he mojado en flor mi camisa
para teñir su sudor.

Pero si un día me demoro
no te impacientes,
yo volveré más tarde.

Será que a la más profunda alegría
me habrá seguido la rabia ese día:
la rabia simple del hombre silvestre

1974

No vayas a cerrar los ojos



No vayas a cerrar los ojos cuando hagamos el amor:
seamos de pan, de pan de harina, harina fina.
Qué verde luce tu silencio que viene de tu pudor:
tu mano buscará mi mano con la vida.

Quiero mirarte en el espacio sonreír;
quiero tener mil aventuras que decir
y hacerme un traje con tu cuerpo
y sucumbir.

No vayas a cerrar los ojos cuando hagamos el amor:
cierra ventanas, que no se vaya tu olor.
Desarma el timbre de la puerta, el teléfono, el reloj:
que nada suene más que un beso, por favor.

Sábanas blancas van volando sobre el mar;

Los días que hay que amar



Pienso que hay días
de todo salir mal:
las tonterías
te vienen a buscar.
Pienso que hay días
que son de falso pie;
pienso que hay días
vestidos al revés.

Allí te hieres
donde es terrible herir;
allí te mueres
donde debes vivir.

Pienso que hay días
en que es mejor usar cerveza fría
para bajar la sal.

Pienso que hay días
que son como canción
de todavía,
sin causa ni razón.
Pienso que hay días
que son de desechar;
pienso que hay días
que es mejor olvidar.

Y sin embargo
hay días en que el sol

Entre los sueños del hombre



Entre los sueños del hombre
hay un hermoso sueño,
que es suprimir la noche
―dijo un poeta hermoso
que ya está muerto―.
El hombre tiene dos hambres
y esto es irrebatible,
esto es inolvidable
―dijo un poeta enorme
que habló conmigo―.

Yo creo que queremos más
que andar entre brillantes pompas de jabón.
Yo creo que queremos más
que seguir caravanas partiendo de ayer.
Yo creo que queremos más
que fugarnos al cielo cuando es que aquí
no hay aún porvenir.

Queremos tanto
como atrapar nuestro propio rostro,