El güije



Del fondo soy, de la laguna fría
donde la novia de la noche va
a deshacerse en platería
sobre mis aguas de oscuridad.


Soy tan pequeño que me escurro ágil
y tan fugaz que, quien me alcanza a ver,
cree que sin sol la realidad es frágil,
que hay criaturas que no pueden ser.


Luzco pellejo de barro,
melena de limo,
ojos de madrugada sin color.
Nunca reflejo la luz,
soy una sombra total.
Oigo que hay un cielo azul
que apenas puedo soñar.

Sólo una vez me miraron
sin miedo y sin odio.
Sólo una vez un beso de mujer.
Y me sentí el corazón
tan vivo q

Flores nocturnas



Se abren las flores nocturnas de Quinta Avenida
para esos pobres señores que van al hotel.
Flores que rompen en la oscuridad,
flores de guiños de complicidad,
flores silbando suicidios,
flores de aroma fatal.

¿Qué jardinero ha sembrado la Quinta Avenida
con variedad tan precisa de nocturnidad?
¿Cuál es su especie y cuál su país?
¿Qué fino abono nutrió su raíz
dándoles tono silvestre?
¿Dónde estará su matriz?

Flores que cruzan las puertas prohibidas,
flores que saben lo que no sabré,
flores que ensartan su sueño de vida
en guirnaldas sin fe.
Flores de sábanas con ojos,
flores desechables.
Cam

Acerca de los padres



Cuando venía de la escuela
y alguien le quitaba un medio al niño,
su padre le pegaba haciéndolo salir:
tenía que romperse la cara sin llorar.
Si se ponía a dibujar,
sus casas y soles le hacía trizas:
«Los machos juegan a las bolas y a pelear;
búscate un papalote y deja de soñar.»

No pudo decir que tuvo miedo,
no pudo decir que le dolía,
no pudo decir que era salvaje lo que hacía.
No pudo llorar como pensaba,
no pudo pedir ayuda alguna,
no pudo sino tragar en seco su amargura.

¿Quién,
quién tiene un hijo en las entrañas?
¿Quién le está dando el desayuno
para cobrárselo mañana?
¿Quién,
quién j

Emilia



Emilia, tus ruinas
las leí con buena voz,
tienen puertas como tú.
Qué ridículas mis cartas,
qué ridículas las sombras de mis sueños.
Qué bien te recuerdo llorando.

Emilia, has ido
junto con cada canción
escondida en un baúl
como un signo inevitable,
y hay anécdotas tirándome del ceño.
Qué bien te recuerdo llorando.

Qué dirá tu instinto
cuando sienta esta canción,
y qué dirás tú, que te acercas
a la máxima distancia entre nosotros.
Quién conoce que un soldado
moribundo te cantaba,
que había olores de una selva,
que había cines, que llovía.

Vallejo así nos descubrió,
Byron estaba en su lugar.

Canción del pasado



Se negaba una mujer, con una mano, ir a la cama;
con la otra, entretenía su pasión amordazada.
Y las sábanas tenían el semblante del pasado
que, contento, sonreía.

El vendedor de ventanas se negó a darme la mía
porque a cambio no le daba mis reservas de alegría.
El pasado estaba quieto sobre el almacén del día.
Lo tenían bien sujeto.

Veo el pasado caminando por casi toda la ciudad.
Lo veo en la gente que se queda y que se va.
Lo veo en el rostro de mi hijo,
lo veo en la voz de mi mujer.
Lo veo a pesar de que lo veo sin querer.

El pasado tiene nombre de millones de suje

Después de vivir



Después de vivir me queda una hora,
antes de darme al sueño.
Después de vivir y estar a solas,
sin brújula y sin puerto.

Después de vivir me queda un rescoldo
donde escoger recuerdos:
separo el arroz de paja y polvo,
amparo mi alimento.

Allí confirmo lo que hay que salvar.
Por ejemplo, lo que sé:
mi buena suerte para encontrar
de todo, incluso lo que no fue.

Guardo mi fotografía familiar,
guardo mis gafas de sol;
papel y lápiz, para anotar
lo que se ofrezca como canción.

Después de vivir, a veces encuentro
lo que en mis ojos tuve
y no distinguí, por ir envuelto
de más sombras que luces.

D

Modo Frigio (tema soñado)



Una vez una vez
una vez conocí
una flor una flor
una flor carmesí

y pensé y pensé
y pensé ¿cuál será
su absoluta, profunda
y rotunda verdad?

Una vez una vez que te vi
fui prendado prendado de ti
y nació y nació la virtud
del amor del amor
como buena salud.

Sin embargo, otra vez
otra vez un dolor
fue mayor fue mayor
fue mayor que el amor.

Y pensé y pensé
y pensé ¿cuál será
su absoluta, profunda
y rotunda verdad?

Una vez una vez pareció
que lo adverso era el uno, no el dos.
Una vez que la pena te da
hasta la flor más bella
parece quizás.

Tic y tac, tic y tac
tic y tac del reloj
hombrecito

Los aliviadores



El Doctor Schweitzer caminó por toda el África,
curando a los enfermos sin perder el ánimo.
Anduvo por montañas, selvas y llanuras,
a pesar de padecer de las espaldas y los pies.

Y, mientras se entregaba a su tarea heroica,
a veces preguntaba si alguien conocía
a un masajista buena gente
que le aliviara su insistente dolor
de espaldas y de pies.

Nadie conocía
todavía
a Malva y Diego,
los aliviadores
de dolores
en los dedos.

Nadie conocía
todavía
a Diego y Malva,
los aliviadores
de dolores
en la espalda.

Los aliviadores,
los aliviadores,
los aliviadores de dolores,
los aliviadores.

Junio 2

Una sombra



Una sombra
una sombra imperceptible al mediodía
Una sombra
una sombra que jamás lo parecía

Una sombra que era sol
una sombra que creció
es la sombra que hoy sorprendo
devorándome el amor

Una sombra
una sola
que no vi.

18 set 2016

Si Lucifer volviera al paraíso



El ángel más hermoso y consentido
fue desterrado, por contradecir.
Y, desde entonces, a todos los nacidos
se nos suele juzgar por discutir.

Si Lucifer volviera al paraíso,
si fuera perdonado por la ley
por todo lo que dijo y lo que hizo,
sólo fuera uno más de nuestra grey.

Lo pincharía el indiscreto,
lo escrutaría la impiedad
y, sin tridente ni respeto,
sería monda humanidad.

Donde iban cuernos, poco pelo;
donde iba cola, un remendón.
En vez de azufre, caramelo,
y en el pecho un corazón.

Si Lucifer volviera al paraíso.

Nunca se supo bien de lo ocurrido
—misterios del altísimo nivel—:
sólo

Jugábamos a Dios



Jugábamos a Dios
con tiza, pizarrón y escuela,
cuando era ganador
el barco de más alta vela.

Jugábamos a Dios,
sin reparar en ser felices.
Saltábamos al sol,
sin tiempo para cicatrices.

Sin horas
ni lujos,
pelotas,
bromas y dibujos.

Gigantes,
divinos,
al aire
y además con trino.

Ahora que se fue
el tiempo bienaventurado,
te invito a conocer
de nuevo un corazón alado.

Modesto, gastado,
que al verte ha recordado ser
un dios enamorado.

Marzo 2010

Noche sin fin y mar



Desde la noche sin fin
baja una estrella hasta el mar
—luz que se quiere dormir
en la fresca oscuridad—.

Quién pudiera conocer
todo lo que ve la luz:
los universos de ayer,
los mañanas del azul.

Noche sin fin, sin fin,
sin fin y mar,
para soñar,
soñar la estrella.
Quién estuviera allí,
viéndote reposar,
saber tu sueño y
cantarlo.
Noche sin fin,
sin fin y mar.

Conteo atrás



Ayer y hoy se fue mi tren,
lleno de gente más puntual,
y otra vez no podré llegar.

Lo escribo aquí, como señal:
no quiero exceso de bondad
al hacer mi conteo atrás.

No es verdad que me cansé:
sólo un poco me perdí,
pero cuando vine a ver
ya no estaba allí.

Hoy, como ayer, llamé al hogar
para decir una vez más
que otra vez no podré llegar.

Mañana lo haré mejor,
mañana madrugaré.
Tengo clara la lección,
no la olvidaré.

Lo escribo aquí, como señal:
no quiero exceso de bondad
al hacer mi conteo atrás.

Julio 2016 

Aunque no quiero, veo que me alejo



Aunque no quiero, veo que me alejo
y, para que no olvides que te tuve,
te dejaré un mensaje en el espejo
y la posdata
dibujada en una nube.

Anoche me seguían los demonios
y no quise llevarlos a tu puerta.
Saliendo el sol, logré burlar sus odios
y no me voy
hasta que no te vea despierta.

Seré un susurro cuando te levantes,
sombra apenas sobre la luna fría.
Dos palabras verás sólo un instante,
pero sin dudas
sabrás que fueron mías.

Perdona que no me haya contenido
y que haya violado estos umbrales,
para dejarte aliento desvaído
por sentimientos
que yo te juré inmortales.

Abril de 2014

La adivinanza



Adivina en qué mano
yo traigo el amor
y te ganas el premio mayor.
Adivina, adivina,
adivinador,
y te doy un boleto de sol.

Adivina qué traigo en la diestra,
y en su hermana adivina qué hay.
Yo te juro que amor,
y encontrarlo será
siempre
la adivinanza final.

Adivina en qué ola
se esconde mi pez,
adivina por última vez.
Adivina en qué nube
mi pájaro va
y adivina si al fin cantará.

Adivina qué traigo en la diestra,
y en su hermana adivina qué hay.
Yo te juro que amor,
y encontrarlo será
siempre
la adivinanza final.

Adivina en qué mano
yo traigo el amor
y te ganas el premio mayor. 

Dici

Tema de la Señora Arroyo*



Vivo en lo más profundo
del bosque umbrío,
donde estoy consagrada
a mi destino:
hacer cascadas,
arroyos, ríos
que broten,
fluyan,
corran
y hagan bien.
  

 

*Grabada por Miriam Ramos para la película Meñique, dirigida por Ernesto Padrón.

Hachibaldo*



Yo corto de lado,
de frente y de prisa.
El bosque encantado
así me autoriza.

Yo corto arbolones
y corto arbolitos.
Yo corto a montones
y duermo un poquito.

Chaca-chaca- chaca- chaca- chaca- chaca-zzz.
Chaca- chaca- chaca-zzzz.
Chaca- chaca- chaca-zzzz.

Chaca-chaca- chaca- chaca- chaca- chaca-zzz.
Chaca- chaca- chaca-zzzz.
Chaca- chaca- chaca-zzzz.

 

*Grabada por Joel Espinosa para la película Meñique, dirigida por Ernesto Padrón