Balada de las ratas



Me place contemplar
cómo después del fuego salen a lucir
las ratas de salón
con maquillaje de aguerrido malvivir.
Me place porque sé
que todo el verdadero amor
también las ve.
Me place porque son
espuela para la razón.

Me place ver así
cómo el hocico se les hincha de chillar
después que queda bien
la discrepancia, la polémica, opinar.
Me place mucho ver
cuánto se hunde la ratita en su quehacer,
en su propio pregón
que hiede como la traición.

No es la primera vez que ocurre
cuando ha pasado la candela.

Sin amor



Ya no sé si aquellas diosas
fueron ciertas o soñadas.
En tu ausencia no se posan
en mi cabeza las hadas.

Volveré a tener canciones
cuando vuelvas a escucharlas.
Ni en el día ni en la noche
he vuelto a dar con mi alma.

Sin amor la vida es polvo
sin amor la vida es nada.
Regresa pronto el tesoro
para que colme las arcas.
Cuánto palidece todo
cuando tú no lo acompañas.

Ni en el día ni en la noche
he vuelto a dar con mi alma.
Volveré a tener canciones
cuando vuelvas a escucharlas.

Con tiempo



Cuántas cosas pudiéramos contar
con tiempo, con tiempo.
Y podríamos hablar sin descansar,
con tiempo, con tiempo.
Mas la historia se parte en dos lados
con graznidos de cuervo espantado.
Electriza los brazos,
que tiemblan movimientos
por todo el mundo.
Busquemos tiempo.

Cuántas cosas pudiéramos contar
con tiempo, con tiempo.
Y podríamos hablar sin descansar,
con tiempo, con tiempo.

Cada nombre es un nombre grabado
a esta piedra que gira el espacio.
Electriza los brazos
que tiemblan movimientos
por todo el mundo.

1968

Después de caminar



Después de caminar
se suele sonreír
como si nada hubiera
tardado el porvenir.

Se guardan fe
y más razón
que sueños que dirán adiós
para un buen día,
un día seco,
un día fácil,
sonreír.

Después de caminar
viene ponerse al sol,
secar todo el mal tiempo
perdido en el amor.

Se mira atrás
buscándose en sueños
que saldrán del mar.

Y pobre del que quiera,
del que intente,
del que pueda,
regresar.

1969

Hoy soy lo que siempre he sido



Hoy soy el que siempre he sido.
Nada le debo a la gloria.
A pesar de las memorias
y a pesar de los olvidos.
Yo vivo muy complacido
de seguir siendo cual fui
(puesto que nada adquirí
puesto que nada he perdido).
Soy el mismo que yo he sido,
no hay nada fuera de mí.

Puedo decir que hoy jugara
con palos, sombras del monte,
y que buscara al sinsonte
sencillamente a pedradas.
Y puedo decir que alzara
las malanguetas del río
con el mismo hermoso brío
con que jugaba mi suerte
cuando el río era la muerte
en el temor de los míos.

Llegó la luz



Llegó la luz, la transparencia,
llegó la luz de la impaciencia.
Llegó la luz con alegría,
llegó la luz del nuevo día.

Creció la luz recién nacida.
Creció la luz, vivió en la duda.
Creció la luz sin otro alarde,
creció la luz y no fue tarde.

Voló la luz, como anunciando.
Voló la luz, voló aclarando.
Voló la luz tocando diana,
voló la luz de la mañana.

Cantó la luz amor rotundo.
Cantó la luz haciendo al mundo.
Cantó la luz enamorada.
Cantó la luz su llamarada.

Surgió la luz, entre reveses.
Surgió la luz más de mil veces.

Somos historia de colegios



Ay, por esas mismas calles
que han crecido con nosotros
pasa lo que va a venir
lo sé.
Esos ómnibus cargados
esos cines atestados
esas luces pobres
se ancharán.

Vivimos la prehistoria
del futuro enmascarado
en la circunstancia
del amor.
Cuántos ritos naturales
llenarán los nuevos trajes
y cuántos demonios quedarán
también lo sé.

Nacerán los nuevos hijos
de sus viejos, viejos padres
y quizás seremos
lo peor.
Nuestras mismas agonías
sembraremos en sus días
como vieja ya generación.

Los poetas amaremos

Qué esperas de mí



Qué esperas de mí
cuando sólo vi el árbol, no la puerta,
nunca el sofá;
cuando sólo vi la dura piedra virgen,
no la ciudad.
Anda con quien pueda ver mejor,
que yo veo frío en vez de amor.

Me gustaría saber del roce
de una hierbita con otra,
de las patitas de la hormiga
sobre húmedos terrones.
Suerte loca, ay.
Mi médula nació en un área de centellas y ciclones,
por eso mi corazón canta con disparos y explosiones.

Qué esperas de mí
cuando sólo oí la voz del huracán,
no el ventilador;
cuando sólo oí carnívoros, no dientes

Canto para que llores



Después de una tarde para Federico,
leyendo y pensando que el mundo es tan rico
y que sus miserias están desatadas
para que la tierra les queme las alas;

después de un amigo con frío y plañidero,
después de la fiebre de los aguaceros,
he llegado al borde y un beso vacila
al borde de un alma y al pie de tu vida.

Y canto para que llores,
canto para no amarte,
canto a modo de hechizo
que arme lo que se deshizo.

Luego vendrá el silencio
con su canción de muertos.
Luego tendré que irme
más soldado y menos firme.

La encrucijada



Al lado de mi casa hay otra casa
donde se ve vivir
como allá, como aquí.
La habitan seres a mi semejanza:
un hombre, una mujer,
un niño sin saber.
Ríen de lo que yo reí,
lloran de lo que lloro.
Lo mismo te sucede a ti:
somos igual en todo.

Si el mundo fueran sólo dos familias
o –voy a exagerar–
dos gentes nada más,
cuánta preocupación de una a la otra,
cuánto miedo a quedar
solo en la oscuridad.
Fuera entonces la hermandad
cosa de convivencia
y no como en la realidad,
que es de supervivencia.

Paso perdido



Saltan palomas
al rostro de diciembre y quise ver
otros colores,
otros pájaros que estallaran en el cielo.
Quise verlos, quise ver.

Cuando miraba
descubrí damas rígidas en vez de estrellas,
aunque quería
palomas que fueran las cenizas
en la latitud del mimbre.
Quise verlas, quise ver.

Paso perdido, no te olvido
aunque en los ojos te me pierdes.
Tengo un dedo en el gatillo,
no corras, que te hieres.

Lo nuevo llega,
lo menos nuevo parte a sus enigmas
con los espantos haciendo la salud,
haciendo el frente,

Días del soldado*



Qué lento pasan los días
si no hay un sol que vencer.
Qué lentas las horas frías:
gota a gota
pasan,
sin valer.
Y en cambio si es mediodía
para la hora de dar,
qué fácil la puntería
de andar.

Días son del soldado sus veinticuatro,
días de andar alado y de esperar.
Días de hacer el tiempo, pasar un rato,
días de estar violento para besar.

Días en que despierta oyendo a un niño
por la memoria abierta de par en par.
Días en que el soldado siente cariño
por un zorzal que canta
su canto enamorado.

Angola es una*



La misma casa de miseria
de tabla sucia y de remiendo
es el desolador atuendo
que adorna por toda mi tierra.

Y la inocencia sin escuela,
el mismo harapo sin juguete
que me castiga como un fuete
de punta a punta las fronteras.

¿Qué voy a hacer?
Diga quien diga que dos,
diga quien diga que diez,
Angola es una
como el deber.

El mismo látigo inflexible
desde Cabinda hasta Cunene,
nos humilló, nos hizo fieles
de los escarnios increíbles.

La misma piel que estalla y cruje,
la misma víscera que escucha,

El reto



Un reto es más que otro peldaño que escalar.
Un reto es como renacer para empezar.
Y comenzar resulta un alto desafío:
elegir descender o volar.

Llegaste hasta aquí
pensando que ya
podías vivir
sin más que buscar.
Pero apareció
la nueva señal
que el tiempo trazó
para andar.

El día en que menos se espere, pasará.
Será en el mundo, en la faena, en el hogar.
De pronto el hombre, sacudido de un impacto
caerá, o –mejor– volará.

Kosovo



La muerte pasa llorando
con un millón de ratas grises.
F.G. Lorca


Ayer u hoy



Ayer u hoy:
lo mismo da.
Yo llegué a la noche,
le bajé su zíper
y dormí con ella,
porque hasta la noche
he querido verla
en su propio lecho
y a través de un beso.

Ayer u hoy:
lo mismo da.
Yo me abrí la mano
y dejé que el viento
lamiera mis palmas
que están irritadas
de seguirme tanto
y maldecir conmigo
a flores y santos.

Ayer u hoy:
lo mismo da.
Superé algo escrito
sobre mi persona,
algo que decía
algo que acusaba
pero tengo suerte
pues de uno no escriben
todos los días.

Ayer u hoy:
lo mismo da.

La verdadera dimensión de las cosas



La conocí de noche por costumbre,
en cierto funeral de la cabeza
y, aunque ahora me lleno de detalles,
no recuerdo ni el nombre de la calle:
así estaba de oscura la tristeza.

Siempre la conocí con el enigma
que todavía la sigue como un perro:
esa mezcla de sueños de esmeralda
que lo mismo te besan las espaldas
que te dan puntapiés como de hierros.

El día del amor me parecía
que el planeta vivía de mi aliento,
que mis pulmones eran de la tierra
como son las granadas de la guerra
o como son los pájaros del viento.

Primero de mayo



Hay ocho cuerdas mecidas al viento
hay ocho cuerpos mecidos al viento
hay ocho historias mecidas al viento de la memoria
desde qué muerto andan juntos los hombres
y las banderas buscando la vida
cuántos cadáveres fueron posibles
para que todos miraran arriba.

Hay ocho cuerdas mecidas al viento
hay ocho cuerpos mecidos al viento
hay ocho historias mecidas al viento de la memoria
desde qué mayo violento hay razones
para salir a la calle en canciones,
desde qué año del tiempo y verdugos,
sangre de asfalto y consignas en muros.

Yo quisiera saber*



Yo quisiera saber
a dónde huyen
las buenas horas del día.
Esas horas en que
la pupila se abraza
con la maravilla
y descubre la vida.

Yo quisiera saber
a dónde huyen
los pájaros encantados.
Yo quisiera saber
dibujar las abejas,
el tú que se aleja,
los sueños usados.

Quiero saber
si he perdido visión,
si he perdido saber,
si he perdido el amor.
Quiero saber si estoy ciego
de cosas gigantes,
de pájaros nuevos.
Quiero saber si estoy ciego,
si es frío de instantes,
o si es que no puedo.

Yo quisiera saber

Hice bien*



Década del 80

Hice bien, hice bien
en ahogar en el azul el corazón
hice bien, cuando me hice pescador
hice bien, hice bien,
en la mar añil
y de marfil
mis sueños de a por mil
hice bien, hice bien.

Coral, estrella, caballito,
noctiluca, pececito,
manta, alga y alcatraz engañador;
la mar de cosas que viví,
la mar de cosas por hacer,
la mar de cosas que se quedan
en la mar,
sobre las olas
bajo las olas
en su cristal.

Hice bien, hice bien.