El dulce abismo



Amada, supón que me voy lejos,
tan lejos que olvidaré mi nombre.
Amada, quizás soy otro hombre
más alto y menos viejo
que espera por sí mismo,
allá lejos, allá, trepando
el dulce abismo.

Amada, supón que no hay remedio
—remedio es todo lo que intento.
Amada, toma este pensamiento,
colócalo en el centro
de todo el egoísmo
y ve que no hay ausencia para
el dulce abismo.

Amada, supón que en el olvido
la noche me deja prisionero.
Amada, habrá un lucero nuevo
que no estará vencido
de luz y de optimismo.


1981

El vigía



Agua me pide el retoño
que tuvo empezar amargo.
Va a hacer falta un buen otoño
tras un verano tan largo.

El verde se está secando
y el viento sur se demora,
pero yo sigo esperando
que lleguen cantando
la lluvia y mi hora.

Yo soy de un oficio viejo,
como el arroyo y el viento,
como el ave y el espejo,
como el amor y el invento.

Yo sólo soy un vigía
amigo del jardinero,
con la pupila en el día
que llegará el aguacero.

Yo sólo soy un vigía
amigo del jardinero.

Agua me pide el retoño
que tuvo empezar amargo.


1983

Ángel para un final



Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos,
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.

Y hubo tal silencio el día
que nos tocaba olvidar
que, de tal suerte, yo todavía
no terminé de callar.

Todo empezó en la sorpresa,
en un encuentro casual,
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar.

Sin querer se hace una ofrenda
que pacta con el dolor.
O pasa un ángel, se hace leyenda
y se convierte en amor.


1977

Llover sobre mojado



Despierto en una erótica caricia
y, sin amanecer, me estoy quemando.
Ruego que antes del fin de la delicia
la luz me diga quién estoy amando.

Hago un café romántico o barroco,
recobro mi cabeza en agua fría
y en el espejo veo al viejo loco
que cada día piensa que es su día.

Vaya forma de saber
que aún quiere llover
sobre mojado.

Leo que hubo masacre y recompensa,
que retocan la muerte, el egoísmo.
Reviso, pues, la fecha de la prensa.
Me pareció que ayer decía lo mismo.


1979

Canción de invierno



Es día de frío y llegas a casa.
Vienes de la tarde cansada de un jueves.
Los muebles, tu perro y millones de ojos
están, como siempre, esperando tu vuelta,
en la que presientes que nada ha cambiado.
Te espera lo mismo, el sueño ha pasado. 

Recoges tu pelo, tan libre en la tarde
quizás porque alguien nunca lo vio preso.
Te sientas y cenas, y todas las culpas
te dan con un peso mayor que tus fuerzas,
y pugnan tus ojos y esta tarde loca.
Hasta que eres débil y tapas tu boca.


1969

El vagabundo



Conozco un vagabundo del espacio.
Recorre el universo en su asteroide,
sin órbita ni puerto ni partida.
Tapa la soledad con todo el frío
de su vida.

Un día llegó un pájaro a su isla,
dentro de un pomo que cabía en su mano.
Daba tristeza verlo allí encogido,
cantándole al silencio sin respuesta,
sin sentido.

El vagabundo nunca oyó a su pájaro
y lo veía cantar tras los cristales.
Hasta que un día pudo más su sueño
y lo libró de la escafandra blanca
de animales.

El pájaro flotó hasta congelarse,
como las lágrimas del vagabundo.


1970

Camino a Camagüey





Confíame diez pesos,
que el destino travieso
me coloca bien lejos de aquí.
Mañana es que me muevo
y tomo el tren lechero
a una provincia nueva para mí.

Un amigo distante,
escritor y comediante,
me pide que le vaya a musicar
la letra de su drama,
y aquí voy con buenas ganas
de ayudar.

Voy atravesando valles,
voy parando en el batey,
voy fijando mil detalles,
voy camino a Camagüey.

Voy imaginando cantos,
voy como prefiero ir,
voy a bordo del encanto,
voy soñando el porvenir.

Avisa a quien tú sabes


1983

Mi lecho está tendido



Mi lecho está tendido,
me has hecho un gran favor.
Pero en el sitio en que estaba dormido
no encontré mi corazón.

¿Dónde me lo guardaste?
¿Qué has hecho al fin con él?
Hiciste tu labor y te marchaste,
y ahora ya no sé querer.

No quiero tal favor,
deja en su lugar a ese corazón.
Deja a mi viejo en su escondite,
puede que aún lo necesite.
No lo despojes de su amparo
―vaya favor para ser caro.

Hoy me tendiste el lecho
para después volar.
Hoy te llevaste al mundo de mi pecho,
hoy la aurora es soledad.


1982

El tren blindado



En la ciudad que posee la isla en el centro
hay un tren descarrilado ―museo nacional―
que los amantes fecundan con savia del cuerpo.
¡Viva ese hierro vencido por la claridad!
¡Viva ese lecho de amor! 

Gentes que merecen el amor
pagarán, pagarán por todo.
Porque el que merece suele ser
el que suele tener deber. 

Bienaventurado ha de ser
el que siembra para los otros,
el que en la semilla dejará
un jirón de su propio ser. 


1971

Nuestro tema



Nuestro tema está cantado con arena,
espuma y aves del amanecer.
Nuestro tema está listo para ser
brisa de las alas migratorias.
Nuestro tema es para ver llover.

Nuestro tema está desnudo
en un balcón, fotografiando
espigas de la mar.
Nuestro tema está viéndonos juntar
besos a las seis de la mañana.
Nuestro tema es para recordar.

Nuestro tema de amor tiene quebranto,
pero su empeño sana el dolor.
Nuestro tema de amor nos cuesta tanto
que ya es un sueño y una canción.


1983

Domingo Rojo



Este domingo es especial domingo,
la vida lo colmó de actividad.
Hoy todos los relojes sonaron a las cinco,
la cuadra es un trajín que viene y va.

Hay sorbos de café en la madrugada
y toses de motores a las seis.
Hay risas y pañuelos antes de la mañana.
Hay voluntad de hacer amanecer.

Domingo,
qué buen pretexto das para cantarte.
Tu luna ha comenzado a saludarme
y parece como si la tierra fértil me esperase
―oh, domingo.

Domingo,
taller donde el sol puso residencia,
amor que sigue haciendo de herramienta


1982

Unicornio



Mi unicornio azul
ayer se me perdió.
Pastando lo dejé,
y desapareció.
Cualquier información
bien la voy a pagar.
Las flores que dejó
no me han querido hablar.

Mi unicornio azul
ayer se me perdió.
No sé si se me fue,
no sé si se extravió;
y yo no tengo más
que un unicornio azul.
Si alguien sabe de él,
le ruego información.
Cien mil o un millón
yo pagaré.

Mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.

Mi unicornio y yo
hicimos amistad,
un poco con amor,
un poco con verdad.
Con su cuerno de añil


1981

La maza



Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte,
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura;

Si no creyera en la balanza,
en la razón del equilibrio;
si no creyera en el delirio,
si no creyera en la esperanza;

Si no creyera en lo que agencio,
si no creyera en mi camino,
si no creyera en mi sonido,
si no creyera en mi silencio,

¿qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera?

Un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores resplandores


1979

El sol no da de beber



Al tibio amparo de la dos catorce
se desnudaba mi canción de amor.
Llegaba el día indiscreto y torpe,
y la belleza nos hacía más pobres,
más esclavos de la ronda del reloj.

Así pasaron los momentos pocos,
así pasaba la felicidad:
huyendo siempre de miradas de otros,
entretejiendo un universo loco
de caricias, dudas y complicidad.

Toma de mí todo, bébetelo bien:
hay que ayunar al filo del amanecer.
Toma de mí todo y todavía más:
hay que esperar un largo no de claridad.
Toma de mí todo cuanto pueda ser:
el sol no da de beber.


1982

Canción urgente para Nicaragua



Se partió en Nicaragua
otro hierro caliente
con que el águila daba
su señal a la gente.

Se partió en Nicaragua
otra soga con cebo
con que el águila ataba
por el cuello al obrero.

Se ha prendido la hierba
dentro del continente
las fronteras se besan
y se ponen ardientes.

Me recuerdo de un hombre
que por eso moría
y que viendo este día
como espectro del monte
jubiloso reía.

El espectro es Sandino
con Bolívar y el Che
porque el mismo camino
caminaron los tres.

Estos tres caminantes
con idéntica suerte


1980

La primera mentira



Cuando estuve en un bosque encantado,
noté con asombro que una piedra me cantaba
con modulaciones y con timbres de tenor.

Debajo de la piedra había un sapo invernando
y supe que era el sapo el que cantaba,
y seguí buscando maravillas que saber.

Quería una princesa convertida en un dragón,
quería el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón,
quería un vellocino de oro para un reino,
quería que Virgilio me llevara al infierno,
quería ir hasta el cielo en un frijol sembrado,
y ya.

De lejos vi una fuente que brillaba


1969

Hoy mi deber



Hoy mi deber era
cantarle a la patria,
alzar la bandera,
sumarme a la plaza;

hoy era un momento
más bien optimista:
un renacimiento,
un sol de conquista

pero tú me faltas
hace tantos días
que quiero y no puedo
tener alegrías;

pienso en tu cabello
que estalla en mi almohada
y estoy que no puedo
dar otra batalla.

Hoy yo, que tenía
que cantar a coro,
me escondo del día,
susurro esto solo:

qué hago tan lejos
dándole motivos
a esta jugarreta
cruel de los sentidos.

Tu boca pequeña


1979, Oslo

Pioneros



El domingo me fui a la zanzala
me puse las alas
me sentí mejor
porque oyendo un cantar de pioneros
me sentí más lleno
de patria y amor.

Fue como regresar a un lugar
donde guardo raíces y luceros
fue como si mi niña cantara
y más
me abrazara
en aquella canción.

Fui papá de un pionero de guerra
aquí
en esta tierra
cantándole al sol.


1976, Maquela do Zombo

Son desangrado



Un corazón quiso saltar un pozo,
confiado en la proeza de su sangre,
y hoy se le escucha delirar de hambre
en el oscuro fondo de su gozo.

El corazón se ahogaba de ternura,
de ganas de vivir multiplicado,
y hoy es un corazón tan mutilado
que ha conseguido morir de cordura.

Qué son, desangrado son, corazón.

Hablo de un corazón que se defiende
de su vieja y usada maquinaria,
hablo de un parto en una funeraria,
hablo de un corazón que no comprende.

Hablo de un corazón tan estrujado,
tan pequeñín, tan pobre, tan quién sabe,


1980

La gaviota



Corrían los días de fines de guerra.
Había un soldado regresando intacto
—intacto del frío mortal de la tierra,
intacto de flores de horror en su cuarto.

Elevó los ojos, respiró profundo,
la palabra cielo se hizo en su boca
y, como si no hubiera más en el mundo,
por el firmamento pasó una gaviota.

Gaviota, gaviota, vals del equilibrio,
cadencia increíble, llamada en el hombro.
Gaviota, gaviota, blancura, delirio,
aire y bailarina, gaviota de asombro.

¿Adónde te marchas, canción de la brisa,
tan rápida, tan detenida?


1976