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de diciembre del

Los necios más felices



En las noches en que Silvio Rodríguez agarra su guitarra, y a sus músicos, y se planta en un barrio cualquiera, palpita un sortilegio. A veces la gente es sorprendida por esos seres “invisibles-imprescindibles”, como los llama el trovador, quienes montan luces, micrófonos y todo lo necesario. A veces la voz se filtra, toma los cauces más insospechados, y muchos se enteran y se juntan frente a la bandera cubana que siempre preside el escenario donde se escuchan esas canciones que marcan a más de una generación.

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de diciembre del

El concierto 62 de Silvio Rodríguez



¡Qué bien! Retransmitirán una vez más por Televisión, ahora a fin de año, el concierto de Silvio con y por nuestros cinco héroes -a las 2:00 pm, por Cubavisión.

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de octubre del

El libro que me hizo llorar



El libro fue un regalo; olvidado, o mejor, postergado por misiones más inmediatas, demoró unas semanas en llegar a mis manos. Cuando, al fin, comencé a leerlo, no abandoné el asiento hasta que la última hoja quedó pegada en mi dedo. Una hermosa factura y gran calidad en la impresión caracterizaban el volumen pero la encuadernación no fue tan buena y a medida que avanzaba, las páginas se desprendían.

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de del

Silvio Rodríguez: Por todo espacio, por este tiempo



Poco antes de escribir estas palabras me pregunté: ¿qué decir que no haya dicho Mónica Rivero en este libro de Silvio en los barrios? Ustedes leerán a continuación sus hermosos y profundos textos, un conjunto de crónicas, testimonios, entrevistas, ensayos y valoraciones que comparto. Ellos completan las más de doscientas imágenes tomadas por Alejandro Ramírez, dándoles voz a las mujeres y los hombres, los niños y ancianos cubanos que nos miran o discurren por el medio tan adverso en que viven sus vidas.

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de del

Del Silvio posible nunca se sabe demasiado



Para empezar de algún modo, se me ocurren, entre las muchas razones que fundamentan la audacia artística indoblegable de Silvio Rodríguez, mencionar sólo dos: aquella de convidarnos a creer cuando ha dicho futuro, y el episodio en el cual se confesaba deudor de los Beatles y Bob Dylan, en la Cuba compleja de los años 60 y 70. Ambos actos de fe significaron una apertura tanto espiritual como universalista capaz de sustentar una obra poética y musical trascendente más allá de los puntos y rayas que demarcan cualquier frontera nacional o barrera estilística.

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de del

¿Qué hay de nuevo..?



Estrenó Silvio Rodríguez una canción dedicada al Che.- Cantó 20 números.- La sala repleta aplaudió las interpretaciones del joven compositor.

Fusil contra fusil, número dedicado al Che, cerró anoche el recital que ofreció el joven compositor e intérprete Silvio Rodríguez, en el Palacio de Bellas Artes.

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de del

Mis recuerdos de Silvio



Nos conocimos hace muchos años. Mi presentación fue romperle la cabeza con un martillo. Tenía 6 años yo 2. Él sigue creyendo que fue premeditado, pero seguro que fue la inocente manera de demostrarle que me había impresionado.

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de octubre del

Hasta la inmensidad del gusto



…Estuve pensando en Silvio hasta la madrugada…

En su entrañable concierto en el ICAIC tan nuestro, en las palabras de Alfredo y regresé porque permanecen aleteando como sus mariposas, a aquellos juveniles años de desafuero y belleza, de rabia e inicios y fue entonces que en la oscuridad de mi luneta disfruté cada tema advertido y los por advertir, ya que la estela de Silvio, aún reconociéndola se aprecia como el buen Vino, después de molerla en las encías asombradas, antes de dejarla correr definitivamente hasta la inmensidad del gusto.

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de abril del

Silvio Rodríguez renueva mitos y nos habla de la condición humana



Con una trayectoria de más de 600 canciones, muchas de ellas inéditas, que cubre una carrera de 50 años, Silvio Rodríguez se niega a limitar la temática de sus composiciones. Si se analizan sus temas, imágenes, personajes y lugares, su obra total discurre en un fluir constante por las mismas preocupaciones que trascienden el espacio restringido de una sola materia y abarcan un imaginario donde se mezcla la vida, la tradición musical y la cultura.

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de del

Silvio Rodríguez y Pablo Milanés



Felizmente Silvio Rodríguez y Pablo Milanés llagaron a este país casi clandestinamente, como suelen llegar todas las cosas prohibidas.

Felizmente también, éramos adolescentes comunes y corrientes; teníamos lecturas anarquistas por las venas (no tan comunes y corrientes) que nos permitían caminar contra la corriente y pasarnos los casetes de mano en mano, y escuchar a Silvio y Pablo casi a escondidas, como quien fuma sus primeras raciones de tabaco (también).

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de marzo del

Silvio, solo



Silvio es el compositor de la soledad, ella es quien lo acompaña y hace que surjan de él las canciones del sueño, la tristeza, la ruptura. A los 17 años Silvio Rodríguez, el dibujante de historietas, el estudiante de pintura en San Alejandro, deviene en poeta. A los 17 años recibió una gran experiencia: Ingresar en el servicio militar. Por primera vez encuentra muchos hombres reunidos con una misma idea.

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de del

Segundas citas también fueron buenas



Eso es lo que pienso cuando me sitúo ante la amenazadora cuartilla (pantalla) en blanco para escribir esta nota sobre/para la presentación del nuevo disco de Silvio Segunda cita. Coincidencias (o más bien divergencias) de fechas no me permitirán estar en la Sala Che Guevara de la Casa de las Américas, como querría, como quiero, cuando el trovador presente esta nueva obra suya.

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de del

Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú



Publicado en una edición especial de la revista La Bicicleta, Chile.

Convengamos en que la poesía tiene sus misterios, y más si la canta un cubano con el más puro acento caribeño.

En todo caso, aquí van estos textos explicativos de algunas canciones de Silvio. Fueron preparados por Eduardo Yentzen y Alvaro Godoy, y hurgan precisamente ahí.

La idea es despejarse. A buen entendedor, pocas palabras no siempre se le hacen muchas. ¿Se entiende?

Esta canción

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de abril del

Silvio en Santiago o el triunfo de la esperanza



Santiago de Chile.- No veo los rostros al detalle, puede uno confundir la muchedumbre con un tapiz gigantesco extendido sobre las gradas y la cancha del Estadio Nacional. Pero sé que son rostros alegres y atentos, ávidos y fervorosos. Es el rostro de un país que ha hecho de Silvio Rodríguez una bandera.

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de agosto del

Érase que se era. Retrato de una generación



Este es un disco hecho desde diversas sustancias queridas: la poesía, la memoria, el compromiso, la guitarra, la ética, la amistad, la belleza. Probablemente la maravilla mayor sea que esas categorías de la vida se interrelacionan, se entrelazan, se entremezclan en las músicas, las palabras, las imágenes que lo componen para entregarnos 25 canciones en las que navegan sueños y certezas, propuestas e interrogaciones, alaridos del amor y susurros de las complicidades vividas y por vivir.

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de del

Nota de Ernesto Sabato para el disco Descartes



Refiriéndose al mundo de su tiempo, José Martí dijo que era semejante a “una ala rota”. Las calamidades que en este siglo han provocado las luchas del poder, nos han devuelto la tristeza de esa imagen. Por eso mismo debemos valorar la obra de aquellos hombres que procuran mantener intacto nuestro vuelo.

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de del

Levanto la mano por Silvio



Como se sabe, el título de estas líneas procede de una canción de Silvio, que sirvió luego para nombrar el excelente libro que le dedicaron sus compañeros de aventura poética Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras: Que levante la mano la guitarra. Pero no es fácil ser original a propósito de Silvio. Entre otras cosas, porque su faena es la originalidad misma. Era un muchacho cuando se dio a conocer (quien primero me habló de él fue mi hermano Manolo, gran amante de la música), y ya mostraba sabiduría añosa.

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de agosto del

Palabras de presentación de Canciones del mar



Silvio:

Yo sé que esta tarde debo presentar tu libro y todos esperan que cumpla mi tarea con precisión y eficacia como corresponde a cualquier editor que se respete. Sé también que la brevedad es una virtud altamente valorada por un público que como el de hoy espera con ansiedad el momento de la posesión del libro: no la simple compra, sino ese acto casi mágico, inefable, de tocar, leer, acariciar, escuchar, asimilar, soñar, en una palabra, poseer el libro.